El gobierno cubano, falto de efectivo, inició un programa para reducir los costos de sus importaciones. Para el 2013 espera recortar a la mitad sus compras de arroz, granos y leche en polvo.
La Habana. La producción cubana de arroz se elevó en un 44,6 por ciento, los granos secos en 9,6 por ciento y la de leche en 10,8 por ciento en el 2009, en los primeros resultados de un plan de cinco años del Gobierno de la isla para reducir sus importaciones de alimentos.
La producción de arroz para el consumo fue de 300.000 toneladas, la de granos 106.500 toneladas y la de leche 587 millones de litros, en comparación a los 207.500 toneladas de arroz, 97.200 toneladas de granos y 530 millones de litros de leche del 2008, según reportó la oficina nacional de estadísticas en internet (www.one.cu/panorama2009.htm).
El Gobierno cubano, falto de efectivo, inició un programa para reducir los costos de sus importaciones incrementando la producción de alimentos de la lista y para el 2013 espera recortar a la mitad sus compras de arroz, granos y leche en polvo, la base de la dieta en Cuba.
El presidente Raúl Castro, quien tomó el poder de manos de su hermano Fidel en febrero del 2008, aumentó el pago estatal por los cultivos, descentralizó las políticas agrarias y distribuyó y arrendó un 50 por ciento de tierras vacantes a unos 100.000 individuos, además de a granjas estatales cooperativas y privadas.
Cuba importó 567.000 toneladas de arroz en el 2008, la mayoría de la estatal vietnamita Northern Food Corp bajo términos preferenciales.
La isla de Gobierno comunista importó desde varios países 246.000 toneladas de granos secos y 52.113 toneladas de leche en polvo en el 2008, de acuerdo a datos oficiales.
Cuba gastó 2.200 millones de dólares en el 2008 en la compra de alimentos, incluyendo 700 millones de dólares en arroz y granos combinados y 250 millones de dólares en leche en polvo. El país caribeño importa alrededor del 70 por ciento de sus alimentos.
Buena parte de las tierras en Cuba están en manos del Estado, pero las cooperativas y granjeros privados tienen un 20 por ciento de los terrenos y producen más de un 60 por ciento de los alimentos en el país.
El Estado controla todas las compras y la distribución minorista de entre un 80 y 90 por ciento de lo que se produce en la isla.