Estudio publicado en el Journal of General Internal Medicine muestra que el gasto en cirugía y hormonas no es significativamente mayor que el tratamiento de la depresión, la adicción a drogas y el VIH, todas presentes en personas que no han podido realizar el cambio de género.
Un análisis realizado en la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg mostró que, mientras la mayoría de los seguros de salud no cubren los cuidados médicos necesarios para la transición al sexo opuesto, pagar por la cirugía y las hormonas es costo efectivo.
"Entregar beneficios de salud a las personas transgénero tiene sentido económicamente", dijo el líder del estudio y profesor asistente de la institución educativa, William V. Padula. "Muchas compañías de seguros han dicho que no vale la pena pagar por estos servicios, pero nuestro estudio muestra que no hay argumentos económicos para negar la cobertura. Esta es una porción pequeña de población y podemos darles un gran servicio sin un impacto financiero importante".
De acuerdo con el estudio, publicado en el Journal of General Internal Medicine, el costo de la cirugía y las hormonas necesarias para la transición entre géneros no es significativamente mayor al de enfermedades y problemas que prevalecen entre las personas que desean, pero no pueden, cambiar de sexo. Y, debido a ello, caen en depresión, adicción a sustancias y se infectan con VIH o SIDA.
Padula y sus colegas analizaron información de la Encuesta Nacional de Discriminación Transgénero de 2011, que incluye información sobre el acceso a cuidado médico y resultados de salud, así como el llamado Healthcare Bluebook, que contiene los costos de servicios médicos. Así, determinaron que entregar servicios a personas transgénero cuesta entre US$ 34 mil y US$ 43 mil anuales durante los primeros cinco años. Después de diez años, el costo baja a entre US$ 7 mil y US$ 10 mil.
"La mayoría de las pólizas de salud de EE. UU. contienen exclusiones para temas transgénero, aunque el tratamiento no es cosmético ni experimental", manifestó Padula. "Estaríamos pagando un incremento muy pequeño para financiar la calidad de vida para una población que está tremendamente desconectada de los ciudados de salud y otros servicios que consideramos un derecho. Por esta pequeña inversión en un número pequeño de personas, podríamos mejorar sus vidas significativamente y hacerlos miembros productivos de la sociedad", sentenció.