También por aumentar el precio de Evzio, un dispositivo con naloxona para tratar las sobredosis de opioides, en un 700% en tres años.
Cluster Salud. Un nuevo choque entre una farmacéutica y los legisladores en EE.UU. comenzó a incubarse, luego que la senadora estadounidense Amy Klobuchar exigiera más información sobre la estrategia de Kaléo, una compañía con sede en Richmond, Virginia, sobre el inyector de epinefrina llamado Auvi-Q, que está a punto de relanzarse a un costo de US$ 4.500.
Según el sitio FiercePharma, “con un precio de catálogo varias veces superior a (su competidor) EpiPen, Auvi-Q está programado para un relanzamiento este mes después de problemas (vinculados a la manufactura y dosis) que obligaron al producto a salir del mercado en octubre de 2015”. Aunque “Kaléo está pidiendo US$ 4.500 por un paquete de dos (unidades), ha establecido un importante programa de asistencia al paciente para asegurarse de que los pacientes no pagarán en ningún lugar el precio completo”.
Según el medio, “la senadora de Minnesota quiere saber no sólo por qué Kaléo ha establecido un precio de lista enorme para Auvi-Q, sino también por qué aumentó el precio de Evzio, un dispositivo con naloxona para tratar las sobredosis de opioides, en un 700% en tres años”. Ello, en un contexto que la legisladora destacó que “otros nuevos rivales de EpiPen (sacudida, a su vez, también por un escándalo de grandes aumentos) han fijado el precio de los inyectores de epinefrina entre US$ 100 y US$ 300 y están ofreciendo "descuentos generosos".
Este hecho es la continuación de un debate que lleva más de un año y se relaciona con lo que se ha convertido en un nuevo modelo de negocios para algunas farmacéuticas grandes, pero no gigantes, y muchas medianas en el mercado de EE.UU., y también de fondos de inversión de riesgo que compran pequeñas farmacéuticas: adquirir los llamados medicamentos “huérfanos” (fármacos producidos por uno o dos laboratorios que dominan gran parte de la oferta, y enfocados en enfermedades o condiciones amplias, pero no entre las más importantes) y subir los precios de manera, en algunos casos demencial, hasta 1.600 0 2.000% sin relación ninguna con la amortización de la I+D, los costos de producción o la inflación.
