Aunque muchos influencers hablan de dietas mágicas para bajar de peso o mantenerse saludables, muchos ya han comenzado a hablar de los daños que pueden ocasionar a la salud.
Las redes sociales están inundadas de personajes –unos famosos, otros no tanto– que indican qué comer y cómo. La tendencia fitness se ha expandido de manera acelerada por el mundo digital y ha llegado a millones de usuarios que siguen al pie de la letra lo que estos influenciadores predican. Esperanzados en lograr verse como las personas en la pantalla, prefieren no cuestionarlas. Creen que no pierden nada con intentar.
Teclear la palabra “dieta” en Google o en Youtube basta para que el buscador arroje miles de resultados que prometen efectos maravillosos en días, ¿pero quién está detrás de esos consejos? ¿Las personas que los siguen se toman el trabajo de corroborar si son expertos en nutrición? Generalmente, la respuesta es "No", porque es más fácil mantener la ilusión de que se nos haga el milagrito de desaparecer en un par de semanas los kilos que hemos sumado en años. Y es más fácil que pedir una cita, trasladarse hasta un consultorio y hacerse los exámenes que el médico sugiera.
Lo más preocupante es que la mayoría de seguidores de estas cuentas son adolescentes que, debido a las presiones de su edad y a la vulnerabilidad en la que se encuentran, ceden, a ojo cerrado, a las sugerencias de esos personajes. Para ellos, que tengan miles de likes es suficiente para creer en sus dietas. Y que sean atractivos. Una semana siguen a un youtuber y la siguiente pasan al que se ha puesto de moda. Van de consejo en consejo sin ser conscientes de los peligros que esto conlleva.
Juliana Mejía Muñoz, nutricionista y dietista de Nutribienestar, recalca que, por más que sea un canal atractivo, no se puede creer todo lo que esté allí, ya que no existe una autoridad o una base científica que apruebe el contenido. Incluso cuando los influenciadores dicen ser expertos, ¿quién confirma que lo son y que lo que recomiendan será beneficioso para la salud?
Que los ayunos son buenos. Que solo comer piña desintoxica el cuerpo. Que las harinas son tóxicas. Que el maracuyá ayuda a curar el cáncer. A diario nos encontramos con estas afirmaciones y, sin darnos cuenta, empezamos a creer en ellas. Por eso debemos empezar por meternos en la cabeza las palabras de Mejía Muñoz: cada cuerpo es un universo diferente, no se pueden hacer recomendaciones para un grupo de personas, ni seguir planes dietarios que fueron hechos para alguien más.
"Todos los días recibo pacientes con el azúcar por las nubes o con el colon destrozado, por no tener la orientación adecuada”, explica. Si al leer esto se pregunta ¿cómo es posible que otros se dejen encantar por soluciones de mentira? Piense en los jóvenes que lo rodean. Cuando aún tra - bajan por definir su identidad, es difícil que pongan en duda la de otra persona, especialmente si tiene millones de seguidores.
Varios niños han llegado al consultorio de Mejía Muñoz enviados por sus papás, quienes se dan cuenta de que han bajado mucho de peso y no saben cómo manejar la situación. Y es difícil hacerlo: es la palabra de una mamá frente a las de una estrella que ha montado una religión de lo fit y es alabada por un séquito de creyentes.
Cuando la nutricionista les da la dieta que deben seguir, muchas veces la confrontan: "¡No puede ser! 'Fulanita' (la influenciadora) dice todo lo contrario!".
A esa edad no entienden que jugar con el cuerpo acarreará problemas en el futuro. Bien sea por dietas que desestabilizan el organismo o por consumir porciones inadecuadas de ciertos alimentos, por ejemplo, pueden llegar a sufrir de diabetes.
Juliana Mejía Muñoz también llama la atención sobre la moda de las dietas veganas o vegetarianas. “No todos los alimentos vegetales reemplazan lo que dejamos de consumir. Una porción de quinoa nunca va a aportar la misma proteína que una porción de carne. Tomar esta decisión requiere un acompañamiento profesional”.
Primer fraude:
La 'youtuber' Yovana Mendoza es conocida como Rawvana y tiene 1,9 millones de seguidores. Debe su fama a las dietas crudiveganas que promocionaba, las cuales solo incluían frutas y verduras, que no pasaban por procesos de cocción superiores a los 80 grados. Según lo que daba a entender a sus seguidores, estos eran los únicos alimentos que ella consumía. A comienzos del 2019, no obstante, apareció en un video en el que salía comiendo pescado en Indonesia y desató un escándalo en redes. Ni ella seguía las dietas que recomendaba porque la habían enfermado. Confesó que dejó de ovular, tenía amenorrea (ausencia de la menstruación), problemas de digestión, déficit de minerales y vitaminas, y anemia severa. Semanas después de lo ocurrido, dio una explicación, pero ya era demasiado tarde: sus seguidores estaban furiosos y muchos confesaron que también enfrentaban graves problemas de salud. Le reclamaron enardecidos que haya seguido vendiendo su curso de 21 días, consciente de los riesgos.
Segundo fraude:
Para la 'youtuber' Bonny Rebecca, con 362.000 seguidores, ser vegana lo fue todo por más de cinco años. En enero, no obstante, la australiana confesó en su canal que había dejado el veganismo y que no podía seguir viviendo una mentira. Llevaba seis meses consumiendo alimentos de origen animal, porque tenia problemas intestinales y en la piel. Aunque aún afirma que ser vegana ha sido la mejor decisión de su vida, por los problemas de salud que sufrió durante varios años, la recomendación de su médico fue consumir nuevamente huevos, pollo y pescado. Hoy en día, lleva una dieta balanceada y consume todos los grupos alimenticios.
Consejos del experto:
1. Hay que estar pendiente de las señales de alerta. Por ejemplo, si su hijo come o no, si deja alimentos en el plato o tiene alguna obsesión por el cuerpo. También si tiene comportamientos incoherentes frente a la alimentación.
2. Hay que aclararles a los jóvenes que los cuerpos ideales son saludables, y que los índices de grasa y masa corporal deben entrar en los estándares.
3. Consumir ´superalimentos', como la chía o la quinoa, es bueno para la salud, pero no se puede esperar que hagan milagros.
4. Si quiere eliminar de su dieta diaria los alimentos de origen animal, debe hacerlo en compañía de un especialista. Si deja la carne roja, asegúrese de consumir vitamina B12. Si elimina el pescado, no olvide el omega 3. Y tenga muy claro que debe ser paulatinamente, no de un día para otro.