Se trata de un tour exclusivo que abarca las viñas más especializadas de la zona en este intenso tipo de vino.
Aunque durante muchos años el vino espumoso o espumante se asoció a las fiestas de fin de año, poco a poco comenzó a formar parte de celebraciones varias.
Conocido durante mucho tiempo como champagne, actualmente sólo puede llamarse así el mosto que se elabora en esa región francesa, el vino de burbujas ha adquirido un lugar privilegiado en el consumo del público.
América Latina no se ha quedado al margen de eso y dado que la región cuenta con varios puntos geográficos en donde los viñedos ofrecen lo mejor de la tierra, tanto la elaboración como el consumo de los espumantes aumenta notoriamente en la última década.
A la típica reacción del gas carbónico al destapar el espumante, que gracias a la fermentación genera las espumas características, esta bebida guarda aromas intensos y colores atractivos.
Como dijo monje benedictino Dom Pierre Pérignon al descubrir el mosto por casualidad en el siglo XVII: "Estoy bebiendo estrellas"...
En la actualidad los amantes de los espumantes están más informados y exigentes en cuanto a las variedades y su maridaje. Para este tipo de consumidores es que la zona chilena del valle central presenta una nueva propuesta turística: la Ruta del Espumante.
Se trata de un tour exclusivo que recorre las principales viñas de Curicó en donde se producen destacados vinos espumosos.
“Quienes hagan la ruta podrán interiorizarse sobre los pasos de elaboración de los espumantes. Podrán conocer el método Tradicional o Champenoise, como también el Charmat, entre otros secretos” comenta Alejandra Inda, gerente Ruta del Vino Valle de Curicó, entidad que administra el programa.
La ruta está compuesta por las viñas Miguel Torres, Echeverría, Aresti, Folatre, Viñedo Puertas y Requingua, entre otras. Cada visitante tiene la opción de conocer diferentes estilos y métodos de elaboración, como también la versatilidad con la que se acompaña las comidas.
“Este nuevo producto apunta a un turismo de intereses especiales, más gastronómico y de consumo, cuya especialización pretende aumentar la oferta de panoramas en Curicó. A su vez se busca complementar los atractivos turísticos naturales y patrimoniales con la tradición vitivinícola de la región que se remonta desde 1860”, explica Jaime Valderrama, presidente de Ruta del Vino Valle de Curicó.