Considerando que la competencia por conseguir un buen empleo se hace cada vez más fuerte y el campo laboral más pequeño, no son pocos los profesionales que -desesperados- intentan tomar ventaja frente a sus pares, exagerando antecedentes académicos y laborales en sus curriculum.
La inestabilidad laboral y la baja oferta de empleos, muchas veces, obliga a las empresas a exigir mayores requisitos para minimizar la enorme cantidad de postulantes que se presentan para ocupar un puesto de trabajo.
Ante este escenario, y considerando que la competencia por conseguir un buen empleo se hace cada vez más fuerte y el campo laboral más pequeño, no son pocos los profesionales que -desesperados- intentan tomar ventaja frente a sus pares, exagerando antecedentes académicos y laborales en sus curriculum vitae.
Autodenominados proactivos, responsables o asertivos, estos postulantes distorsionan o, derechamente, inventan datos con la clara motivación de, al menos, llegar a la entrevista personal para luego luchar por conseguir un puesto disponible.
Sandra Vargas, psicóloga de Universidad de las Américas, explica que muchos postulantes a un empleo, muestran una gran necesidad de autovaloración, buscando reafirmar sus capacidades y condiciones al punto de mentir.
“Si hablamos de una oferta laboral más especializada y de mayor responsabilidad, es destacable cómo las personas en cuestión pueden llegar a autovalorarse y describirse de manera distinta a lo que son, tanto en su rol profesional como personal”, precisa Vargas.
La falta de preparación adecuada de los profesionales para el puesto al que aspiran, también provoca que éstos falseen sus antecedentes, dice Ignacio Reggiani, Diplomado Internacional en Responsabilidad Social Empresarial de la ONU. “Alterar los antecedentes de un curriculum vitae se debe, además, a la poca confianza en las habilidades personales y profesionales, a tener un curriculum corto o con poca experiencia laboral, y a la enorme competencia que existe”, agrega.
Según estudios realizados por diversas consultoras de Recursos Humanos, los datos que más suelen “inflarse” son los referidos al nivel de conocimiento de idiomas (el nivel medio estandarizado por los postulantes, equivale realmente a un nivel bajo), las experiencias de trabajo (descubiertas muchas veces por la cronología en que se presentan) e incluso en casos extremos, se llega a mentir sobre la edad.
Sin embargo estos antecedentes no son los únicos que se exageran. “Al momento de evaluar las mentiras, la decorosa carga de títulos levanta sospechas en el personal de recursos humanos. Especializaciones, diplomados, cursos y hasta Máster que no se han realizado, o que no se terminaron, también se exageran”, dice Reggiani.
Lo cierto es que alterar los datos en el curriculum, puede traer graves consecuencias en la vida laboral de un ejecutivo, sostiene el experto de la ONU. “Exagerar la formación profesional y académica resta credibilidad, por lo que seguramente tendrá problemas para cumplir las expectativas a poco tiempo de ingresar en la empresa. Si, por el contrario, el postulante mintió sobre habilidades secundarias o anexas a su tarea principal puede controlar mejor la situación. Incluso, podría adquirir algunas de esas habilidades mientras esté ya trabajando en la empresa”, señala.
Mentiras no estandarizadas. La práctica de mentir en los curriculum no es estandarizada. La mentira depende del tipo de trabajo que se busque y la situación en la que se encuentre el postulante, explica José Enebral, docente de la Escuela Europea de Dirección y Empresa de Madrid.
“No hay que olvidar que algunos candidatos, aunque sean sinceros al redactar su curriculum, son rechazados por no saber demasiado o por ser demasiado brillantes o inteligentes”, dice.
Hay otros postulantes, en tanto, que en su intento por abultar su curriculum registran datos innecesarios, que no tienen mayor relevancia en la obtención del puesto, como las circunstancias en las que se retiraron del trabajo anterior o sus hobbies preferidos.
“Los motivos de cese o despido de anteriores empleos sólo deberían explicarse ante el requerimiento del selector en una entrevista. El detalle excesivo de aficiones personales, gustos o hobbies, o dar un espacio destacado a la formación básica, también esta de más”, precisa Reggiani.
Respecto de las sanciones que podrían tener quienes falsean datos en sus curriculum, los especialistas explican que esto no tiene mayor connotación legal. En el caso de empleados descubiertos con datos fraudulentos, se les pide la renuncia, dejando un mal precedente a la hora de considerarlos para una nueva tarea.
Sin embargo, quienes logran mantener su mentira, pueden llegar a permanecer en un puesto de trabajo durante varios meses, dependiendo del cargo al que se vean enfrentados, aunque -a la larga ese triunfo no sería muy efectivo.
“Todo mal proceso tiene un fin inmediato y si tenemos la suerte de contar con buenas supervisiones laborales, lo más probable es que en un primer trimestre los resultados sean evidentes”, dice Sandra Vargas.
Ante todo esto es mejor reflexionar. Presentar un curriculum fraudulento puede significar no sólo perder una oportunidad de trabajo, sino también enmarcar la carrera profesional en falsos supuestos, que tarde o temprano saldrán a la luz. Frente a ese riesgo, es mejor evitar caer en la tentación y postular a aquellos puestos para los que realmente se esté capacitado.