Con un restaurante que nace como extensión del concepto "delivery gourmet", los propietarios de la cadena de comida peruana Rocoto amplían su oferta en Santiago de Chile.
La variedad de sabores de la gastronomía tailandesa convenció a los propietarios de la cadena de comida peruana Rocoto para concretar su última apuesta en Santiago de Chile.
Abierto a principios de 2017, el resturante Curry encarna el concepto de "delivery gourmet" que lidera el matrimonio compuesto por Natalia Serrano y Rodrigo Parada.
Emplazado en la residencial comuna de Providencia (Francisco Bilbao 2752), el local nace como una extensión del servicio de reparto a domicilio en el que la sociedad se ha especializado desde hace siete años.
"El delivery con pizza, sándwiches y comida china siempre ha existido. Nosotros quisimos ir más allá con una variente de especialidad, un menú más sofisticado", cuenta Parada.
¿Cómo iniciarse en estos exóticos sabores? Antes que todo, despojándose del mito del picor. "Para un no tailandés, sería pŕacticamente imposible habituarse a los niveles de picante de las recetas originales, razón por la cual las hemos moderado en intensidad", asume el ingeniero civil industrial, quien recalca que la versatilidad de la cocina tailandesa radica en la mezcla de dulce, picante, agrio, amargo y salado.
El resto se mantiene, en cuanto a sabores como texturas, que solo se consiguen con materias primas traídas directamente del sudeste asiático, desde el arroz jazmín hasta la leche de coco, cuya suavidad marca indistintamente sopas y postres.
De hecho, para replicar en Sudamérica la carta elaborada por la chef Paulina Verdugo, quien residió cinco años en Tailandia, es preciso que 70% de los insumos recorran los 18 mil kilómetros que separan a Bangkok de Santiago.
Entre los más singulares, están el khafif, que es una suerte de hoja de laurel que aromatiza los currys y las sopas, y el galangal, un tubérculo blanco que se asemeja al jengibre.
A modo de primer acercamiento, se sugieren los platos del menú Bangkok, con una entrada de brochetas satay de pollo -medianamente picante y con salsa dulce- (US$ 11,8 en moneda local) y los fideos de arroz salteados del pad thai tofu camarón o el curry rojo de lomo de sabores más intensos (ambos por US$ 14,8) a modo de platos de fondo. Para el postre, el recomendado es el mango sticky rice (US$ 6), el más popular de Tailandia.