La primera producción alemana de Netflix es una historia de misterio y ciencia ficción que profundiza sobre las relaciones humanas.
La nueva sensación en redes sociales es nada más y nada menos que la serie alemana de terror y ciencia ficción llamada Dark, disponible en la plataforma de streaming, Netflix. La serie en cuestión es una adictiva historia, finamente labrada, tanto en su guión como en sus elementos visuales y musicales.
Muchos le han llamado la Stanger Things alemana, pero la verdad es que, si bien existen algunos elementos narrativos en común, incluso hasta en géneros narrativos, varían en el peso y enfoque que se les da a los mismos.
Stranger Things es algo más cercano a la fantasía y a la aventura, con elementos de cine de terror y una pizca de ciencia ficción; mientras que Dark es más cercano al género noir, al drama y a la ciencia ficción, con elementos de terror. La serie fue creada por Baran bo Odar y Jantje Friese, y es la primera serie original alemana de la compañía.
La historia se desarrolla en un pequeño pueblo alemán llamado Winden —que convive con una planta nuclear—, en el año 2019. Todo comienza con la desaparición de un adolescente llamado Erik y posteriormente con la desaparición de un niño llamado Mikkel. Ah, por cierto, antes de eso hay por ahí un suicidio. La acción tiene lugar en tres tiempos, por decirlo de alguna manera: 2019, 1986 y 1953.
En el transcurso de los hechos vemos la desesperación de los padres y familiares de los desaparecidos por encontrar a sus pequeños, mientras vemos terribles secretos familiares y extraños y horripilantes sucesos paranormales.
Si bien podemos hacer un paralelismo entre Dark y Stranger Things, también queda claro que no están cortadas con la misma tijera. Dark es una serie sin concesiones, que no usa la nostalgia como gancho principal sino el misterio y la relación entre los personajes.
Por otro lado, la serie alemana posee un tratamiento más “adulto” de la historia. Y es que si bien hay adolescentes, no son ellos quienes hacen avanzar la historia, a diferencia de Stranger Things, donde los niños son el motor principal, y como secundarios, tenemos al pequeño grupo adolescente y a los personajes de Winona Ryder y David Harbour, como embajadores del mundo adulto.
Dark nos muestra un crisol de edades dentro del pueblo, pero lo más importante es la relación que establecen los adultos con los adolescentes e infantes, y la forma en que se conducen en su día a día, y por supuesto, en momentos de crisis. En Dark hay drogas, infidelidad y hasta escenas de sexo.
Otro elemento interesante es la parte de ciencia ficción, que en Dark es mucho más consistente que en Stranger Things, porque parte de constructos teóricos que hablan sobre la posibilidad de los viajes en el tiempo.
Dark es una serie de estupenda manufactura, más de bordado fino y mucho menos comercial y complaciente que Stranger Things, y por lo mismo, exige un poco más del espectador: es reflexiva, profunda y tiene la capacidad para escarbar en rincones profundos del ser humano.