Aunque Estados Unidos tiene la ventaja en la cantidad real de personas obesas, México tiene la cifra proporcional más alta de obesidad infantil.
La Organización Mundial de la Salud en su reporte 2012 calcula que hay 43 millones de niños obesos en el mundo y 33 millones se encuentran en países subdesarrollados. “Parecería paradójico que los países más pobres tienen problemas de obesidad”, dijo el doctor Fernando Pérez Galáz, especialista en Cirugía Bariátrica, Gastrointestinal y Metabólica.
Pérez aseguró que el tema es muy preocupante. Aunque en números absolutos EE.UU. lleva la ventaja, en proporción, México es el primer lugar en obesidad infantil. Esto podría explicarse por el auge de la comida rápida y la comida industrializada a partir de los años 80, explicó el especialista.
En 1999, según la encuesta de salud, 18% de los niños mexicanos de cinco a 11 años tenían problemas de sobre peso, para el 2006 subimos a 26.2%, hoy son cerca de 40% de niños entre los dos y los siete años con algún grado de sobrepeso u obesidad y en niños de entre siete y 14 años, 56%.
Causas de la obesidad infantil
El también director del curso Advance Trauma Life Support, del Colegio Americano de Cirujanos aseguró que los niños obesos serán adultos obesos. “Y lejos de ser un problema estético, es un problema de salud pública; un paciente con obesidad grado uno tiene cuatro veces mayor riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardiovasculares o hipertensión arterial”.
La causa es multifactorial y explicó que sólo 5% de este padecimiento es endocrina; 95% es obesidad exógena, es decir, lo que comemos.
“Primero tenemos una sociedad obesogénica”, dijo que todo lo relacionamos con comida, celebraciones y preocupaciones, además del bombardeo de publicidad. Aun con las recientes regulaciones, la estrategia en las escuelas sigue con alto contenido de azucares, calorías y cero valor nutricional. “Este problema lo podemos resumir en la falta de educación nutricional en el núcleo familiar”.
Estrategias
Después del aumento al impuesto de bebidas azucaradas se demostró una baja en el consumo en el primer año. Sin embargo, estos datos se han revertido, “esto ha comprobado que no importando el alza en los precios, que afectan directamente a la gente de menos recursos, ellos seguirán procurando este tipo de bebidas”.
Por ello, la estrategia está en la educación a nivel escolar y familiar. “Hay que predicar con el ejemplo, después, hay que aprender a leer los etiquetados e interpretar los ingredientes, limitar las bebidas azucaradas, hidratarse con agua, generar lunch nutritivos como base de una comida, además, limitar las horas de televisión y video juegos, promover la actividad física y el ejercicio, que para funcionar, tiene que realizarse durante 60 minutos y cinco veces a la semana; esto es lo que va a ayudar a evitar subir de peso y con dieta, hasta bajar de peso”.