Helguero 3D, una joven firma ecuatoria decidió incursionar en la impresión 3D de los rostros de los bebés para que los padres puedan tener un recuerdo que perdure en el tiempo, debido a que una ecografía es una foto que se puede dañar o perder.
Palpar las facciones de un bebé antes de que llegue al mundo ahora es posible en Guayaquil, Ecuador. La tecnología en 3D permite recrear las caritas de los niños con un material plástico a partir de una ecografía.
Helguero 3D, una joven firma ecuatoria decidió incursionar en la impresión 3D de los rostros de los bebés para que los padres puedan tener un recuerdo que perdure en el tiempo, debido a que una ecografía es una foto que se puede dañar o perder.
Los PrintBaby3d, como Helguero ha denominado a su producto, usa un proceso de impresión 3D llamado estereolitografía, a través del cual se fotocura una resina plástica, utilizando un láser de alta precisión. Con esto se logra una carita que es fiel a la imagen de la ecografía, con una textura pulida y suave.
Estos rostros se crean a partir de una ecografía en la que se aprecie el rostro del bebé. Se hace entre la semana 25 y 30 de embarazo.
“Hasta el momento hemos tenido mucha acogida por parte de los padres e incluso abuelos que quieren atesorar esa maravillosa etapa para toda la vida”, dice Carmen Helguero, quien junto con sus hermanos maneja esta firma.
Esta empresa desarrolla dos tipos de productos de resolución estándar y de alta resolución por el tipo de material utilizado, con costos que van desde US$ 39,99 a US$ 69,99.
La tecnología de impresión 3D ha permitido, además, a los Helguero entrar en la creación de biomodelos de partes del cuerpo, con el fin de que un médico pueda tener una herramienta adicional para planificar, por ejemplo, una intervención de una pieza afectada.
A partir de estas reproducciones tratan de simplificar la planificación de cirugías de alta y mediana complejidad, pues los biomodelos, según los promotores, permiten practicar la intervención quirúrgica, reducen el riesgo de infección del paciente al disminuir su tiempo de exposición en el quirófano.
Actualmente han trabajado con doctores maxilofaciales, retinólogos y cardiólogos. Han tenido casos de tumores, de reconstrucción de maxilares y otros.
Desarrollar un biomodelo en Guayaquil varía dependiendo de cada caso, pero pueden ir desde US$ 60 a US$ 120.
Créditos fotografía: Wikimedia Commons