Con un panorama tremendamente competitivo a nivel de educación ejecutiva y de postgrado en la educación virtual, universidades y escuelas se enfrentan al desafío de seguir captando estudiantes y no perder valor. Conscientes de esto, la estrategia apunta en gran medida a fortalecer los claustros de profesores y ajustarse a las demandas del mercado.
Tan pronto las escuelas de negocios digitalizaron sus programas a propósito de las restricciones de movilidad, expandieron su mercado en América Latina y también internacionalmente. Así, se fueron adaptando al nuevo entorno global, mucho más incierto, y a las nuevas generaciones, con un perfil más internacional, dinámico y dispuesto a aprender mediante diferentes formatos, entornos multiculturales y globales.
Además, con el tiempo, incluso, los diplomas y maestrías dejaron de ser una réplica de los presenciales para dar paso a programas personalizados, más atractivos y competitivos. Y aunque este escenario permite apuntar a un mercado más amplio y competitivo, representa desafíos.
Para María Muro, product manager de los Executive Education y Programas Online en la argentina IAE Business School, “las barreras tradicionales que teníamos en el mercado se derribaron con la llegada de lo online, y esto se refleja en una competencia mucho más agresiva, principalmente, en el mercado regional. Nos encontramos compitiendo con las grandes escuelas europeas y americanas, con temáticas y propuestas parecidas”.
En el caso particular de IAE, Muro señala que entre los retos, por un lado, “están los incrementos de inversión que determina un mercado más grande, pero, además, el aumento de costo por cliente potencial (CPL), generado por la alta participación, lo que para las campañas de marketing digital, implicó un desafío, gran creatividad y agilidad. Por otro lado, tener una propuesta que destaque y sea valorada por el mercado, sabiendo que compite con muchas más escuelas de negocios que previo a la pandemia”.
Pese a que este entorno está retando a las b-schools a continuar modernizando su infraestructura digital y a repensar sus metodologías de enseñanza, con una varios competidores a la vista, en ningún caso las está desalentando. “La competencia siempre es bienvenida dado que contribuye a que todo el sector de educación de postgrado aplique la filosofía de la mejora continua en beneficio de los participantes y del mercado. Asimismo, también permite que los conocimientos brindados sean de aplicación global, pero con la premisa que es importante conocer el mercado donde se aplicarán”, dice Gonzalo Guerra, director comercial de la peruana ESAN Graduate School of Business.
Incluso, existe plena confianza que por más competencia que haya, hay puntos fuertes con los que cada escuela puede hacerle frente. Desde el punto de vista de Juan Pablo Medina, decano interino de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), si bien este escenario abre opciones para una mayor oferta de universidades extranjeras en la región, “ los contenidos que ellas pueden ofrecer son más genéricos y no cuentan con el conocimiento de la realidad local”.
Ante esto mismo, Sebastián Mathews, director del MBA y del área Programas de Postgrado en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián, en Chile, señala que “como país formador en materia de Economía y Negocios, tiene mucho que ofrecer en la esfera regional. La competencia internacional no la enfrentamos como una amenaza, sino que la vemos como una gran oportunidad”.
Entonces, quienes finalmente se están beneficiando de esa competencia son los estudiantes, quienes pueden tener a su alcance programas pensados para ellos, actualizados a la nueva realidad empresarial y con un alcance internacional.
Durante este tiempo, las escuelas no han dejado de responder ante las necesidades del mercado. En varios casos han lanzado nuevos programas online.
Mientras en ESAN cuentan con nuevos programas para el sector B2B, Derecho Corporativo, Energía, Minería, Salud, Agronegocios, entre otros; en EGADE lanzaron este año la plataforma de aprendizaje Alternative Learning, con la que se busca el desarrollo de competencias y habilidades, y la Maestría online en Finanzas.
Calidad académica y contenidos personalizados
Cada escuela ha ido experimentando durante este tiempo fórmulas para diferenciar sus programas online de lo que ofrece el resto, con un foco parecido pero con acciones muchas veces distintas. En general, existe un gran interés en reforzar los planteles académicos y adaptar los contenidos y metodologías de aprendizaje de los cursos y programas, combinando las opciones que ofrece la educación a distancia.
Sobre cómo esperan diferenciarse, desde la UAI, Medina indica que “nuestra propuesta apunta a mantener oferta presencial y también programas blended, los cuales combinan la enseñanza a distancia con clases presenciales cada cierto tiempo. El formato blended permite mejorar la experiencia de los participantes de nuestros programas, fortaleciendo también los vínculos y la red de contactos”.
Tanto en mexicana EGADE Business School como en la peruana Pacífico Business School se la ha dado un fuerte impulso a la metodología de enseñaza. Mientras en Pacífico Business School se han centrado en el desarrollo de programas remotos con foco en un aprendizaje mucho más experiencial y personalizado; en EGADE, donde el principal reto ha sido identificar una metodología de aprendizaje que permita entregar contenidos en un entorno virtual, manteniendo la calidad académica, buscan marcar distancia mediante la calidad académica, profesores con reconocimiento internacional y oportunidades de internacionalización.
Laura Zapata, decana asociada académica en EGADE, indica que intentan destacar en general con sesiones sincrónicas y el diseño de una metodología propia de aprendizaje con una variedad de técnicas didácticas para fortalecer el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En el caso de ESAN, están apostando por diferentes tipos de formatos académicos: cortos como workshops, bootcamps o seminarios, así como diplomas internacionales para un formato medio o maestrías en caso de un programa más extenso. A esto se suma el mayor énfasis que están haciendo en el fomento de las habilidades blandas y el networking, a través del departamento de egresados Alumni Career Services.
Guerra añade otras cinco estrategias: “Una que apunta a cubrir las necesidades de capacitación en los principales sectores económicos de Perú y la región; la internacionalización de nuestros programas a través de alianzas con universidades de todo el mundo; con generación de contenido de vanguardia; la capacitación a los profesores no sólo en términos técnicos sino también pedagógicos; y el fomento de la generación de nuevos planes de negocio con el soporte del ESAN Innovation Hub, nuestro ecosistema de innovación y emprendimiento”.
El esfuerzo conjunto también ha dado frutos. Según explica Muro, de IAE, “nuestro diferencial para posicionarnos en la región tiene que ver con el expertise regional. Un ejemplo es el Senior Leadership Summit, encuentro virtual de empresarios y directivos de la región, que nos permitió en esta nueva realidad lanzar el año pasado esta propuesta junto con ocho escuelas asociadas de Latinoamérica, y con lo que llegamos al C-Level de empresas muy prestigiosas de toda América Latina”.
Sobre esto mismo, Giuliana Leguía, directora de Pacífico Business School, dice que "si algo positivo ha traído la pandemia ha sido la oportunidad de realizar alianzas con instituciones de otros países y continentes, lo que ha significado un beneficio para los participantes porque ahora están mucho más expuestos a distintos contextos y realidades".
A raíz de esto, las escuelas tienen la oportunidad de colaborar estrechamente y generar aprendizajes e iniciativas conjuntas en beneficio de la región.
Con ojo en la demanda
Para las escuelas es fundamental fortalecer el talento académico, capturando y reteniendo a los mejores profesionales. Y las escuelas ya están trabajando en ello, “especialmente para tópicos más especializados y que requieren una visión regional”, dice Medina, quien agrega que por esto, “las universidades deberán convencer de que sus profesores son los líderes en los temas que enseñan a nivel regional”.
En este aspecto, Leguía, de Pacífico Business School, indica que "están reforzando los contenidos de vanguardia que responden de manera efectiva a las demandas del contexto organizacional actual, garantizando que nuestra plana docente cuente con la experiencia, credenciales y prestigio internacional requerido".
También se deben potenciar los diferentes programas que ofrecen, sean presenciales, online o blended, pero conscientes que deben añadirles más que nunca valor a sus apuestas virtuales, a través de propuestas flexibles que se ajusten a las nuevas demandas de ejecutivos y organizaciones.
Esto último, por ejemplo, es clave para Muro, de IAE, quien dice que “con la información de estos dos últimos años, hemos ajustado nuestros focos en función de programas y plazas para las que seamos relevantes en la región”.
Tanto Medina, de UAI, como Zapata, de EGADE, dicen que el desafío está en mantener características distintivas y programas actualizados y en formatos diversos. Por ejemplo, conservando versiones totalmente presenciales de algunos programas, a la vez que se potencia la oferta blended.
A su vez, en el aspecto tecnológico se espera que las b-schools y universidades se anticipen a las tendencias y ofrezcan experiencias interesantes a sus estudiantes. Lo que para Guerra, de ESAN, va “desde la información de los programas que se brindan, las facilidades de matrícula, las clases y una experiencia como alumni”.
Pero a un nivel más centrado en los estudiantes, Guerra, de ESAN, asegura que el reto es crear una experiencia global integral, donde se priorice a la persona, con valores y conocimientos que se puedan aplicar en distintos mercados. “Aquí también es clave el desarrollo de habilidades digitales, pues estamos en un proceso de aceleración digital que necesita más competencias para el dominio de las nuevas tecnologías y se tenga una mirada estratégica”, dice.
Junto con estos desafíos, también es cierto que aparecen oportunidades, sobre todo las que brinda la tecnología. Como dice Mathews, de la U. San Sebastián, “se impulsa la concreción de nuevas alianzas internacionales que permiten contar, por ejemplo, con expositores que estén en cualquier parte del mundo, o incluso, llegar a un cuerpo académico para postgrado de prestigiosos profesores, tanto nacionales como internacionales”.
Sin duda, los programas online irán en ascenso y esto supondrá su perfeccionamiento. Finalmente, serán las escuelas que sepan adaptarse, pero a la vez marcar la diferencia, introduciendo mejoras en los aspectos que resultan relevantes para los estudiantes, lo que les dará la victoria.