María de Lourdes Dieck-Assad habla sobre el rediseño del MBA; de las iniciativas que se han ejecutado para seguir potenciando el emprendimiento e innovación, pero con foco en los negocios; y de las principales tendencias, problemáticas y oportunidades del mercado.
Hace tres años que EGADE se posiciona en el primer lugar del Ránking de las Mejores Escuelas de Negocios de América Latina MBA 2016, Elaborado por AméricaEconomía Intelligenc. Para ello, son varias las acciones que se han implementado, partiendo con entender lo que se necesita en el mercado y adaptando los programas a estas nuevas realidades, además de potenciar el emprendimiento y la innovación.
Y son estas mismas necesidades del mercado, las que han dado paso al rediseño del MBA de EGADE, que espera desarrollar diversas habilidades blandas en sus estudiantes.
A continuación, la entrevista con María de Lourdes Dieck-Assad, decana de la EGADE Business School, donde explica la receta para ser una escuela ejemplar.
-¿Cuál ha sido la estrategia a seguir para mejorar el nivel y mantenerse en el primer lugar del Ránking MBA?
Hecho cambios en tres áreas. Ha sido muy importante nuestra vinculación con los stakeholders, con el entorno. Hablar con los alumnos potenciales, por un lado, para saber qué requieren y le hace falta. Conversar con las organizaciones y empresas, que están queriendo enviar, capacitar y entrenar a los ejecutivos en escuelas de postgrado y negocios, para entender sus propias necesidades.
Esto es una actividad continua, en un mundo como el que vivimos, donde la competitividad es importantísima y el entorno cambia para las organizaciones, tenemos que estar muy alertas.
También es importante para nosotros poder adaptarnos, para ir cambiando conforme las empresas, organizaciones y alumnos, ven que cambian sus retos y oportunidades.
Nosotros hemos implementando nuestra vinculación con el ánimo de escuchar al cliente, al mercado. No sólo directamente, sino indirectamente, interpretando las tendencias, las diferentes problemáticas, como la brecha de las habilidades blandas para América Latina, donde hay una diferencia entre la demanda y las capacidades y competencias que tienen los egresados.
Lo segundo que hemos hecho, es que debido a lo anterior vemos la necesidad de la innovación constante. Por lo mismo siempre estamos analizando el contenido de los programas, que refleje una respuesta a las necesidades del mercado, en el modelo académico. Porque hoy el alumno que llega es diferente a lo que era hace cinco años. Usan mucho la tecnología, están muy informados y conectados. Además, no es tan fácil mantenerlos concentrado, sobre todo, si no se maneja su modelo mental y tecnológico.
Por eso hay que innovar en el modelo educativo, porque el alumno necesita una vivencia experiencial en el salón de clases. Como ejemplo, en esta vinculación hemos traído profesores con experiencia en el campo de los negocios para que trabaje con el profesor de planta, con experiencia académica, en el salón de clases. El alumno, entonces, está expuesto a todo el bagaje intelectual de nuestro profesor de planta, junto con todo lo que ofrece el profesor de negocios, que refiere sobre los retos del día a día y cómo lidia con ellos. Se genera entonces un triángulo interesante, entre el alumno, el profesor de planta y el profesor practicante. Acá todos aprenden. Se arma un diálogo muy interesante. Este es el modelo “team teaching”, que se viene implementando hace alrededor de tres años y que ese ha introducido en casi la totalidad de cursos. Los alumnos valoran muchísimo.
Lo otro novedoso que estamos haciendo, es que dado el uso de la tecnología, hemos incorporado formatos blended. Tenemos una buena cantidad de trabajo que se les pide que hagan fuera del salón de clases con sus compañeros, en un esquema de trabajo en equipo virtual. Otro esquema es que como tenemos alumnos en Monterrey, Ciudad de México y Guadalajara, los profesores se ponen de acuerdo y virtualmente se arman grupos de trabaja con estudiantes de estas ciudades.
Somos parte también del consorcio de escuelas de negocios Global Network for Advanced Management, liderado hace cinco años por la escuela de negocios de Yale. Esto abre la oportunidad de que los alumnos de las escuelas que pertenecen a este consorcio puedan participar de los MOOCs que se imparten. Gracias a que nos hemos involucrado en esta iniciativa, nuestros alumnos tienen la oportunidad de participar.
-¿Cuáles han sido las principales tendencias, problemáticas y oportunidades que han detectado luego de hablar con empresarios e indagar al respecto?
El mercado está cambiando y los retos también cambian, pero también lo hacen las oportunidades. Desde las empresas nos dicen que necesitan egresados que entiendan estos retos, los hagan propios y sean capaces de tomar diseñar soluciones y de tomar decisiones. Esto es importante, porque nos han dicho que efectivamente hay egresados que son buenos en diseñar la estrategia de negocios, pero que al momento de tomar una decisión en un aspecto de la estrategia o implementarla, ahí se paralizan. Se necesita el ecosistema completo.
Lo otro, es el uso de la tecnología, no como fin sino como medio. Tener de esta forma equipos de trabajo virtuales y poder tomar decisiones que van más allá de país, por ejemplo.
El tema de la innovación es también relevante, porque las empresas saben que deben estar innovando. Por esto, el alumno debe llegar a innovar y crear nuevos productos.
También nos dijeron que quieren personas con calidad moral y que sepan ejercer un liderazgo colaborativo, con capacidad de escuchar e incorporando a los demás. En las empresas quieren a candidatos que posean conocimientos, pero también son relevantes actitudes y competencias.
Nos dijeron que es relevante tener personas que sean capaces de trabajar con equipos multiculturales, saber convivir con la cultura de otros países. Porque una cosa es ser global y otra multicultural. Para esto, hay que entender la cultura, de lo contrario nunca un egresado podrá dirigir una planta que se abrirá en África o en Asia. Temas como de qué manera se incorporará en otro país la visión y cultura de la empresa que ya tiene su sello o cómo se vivirá con el entorno, cómo se acogerá a las personas que se empleará y de qué manera se atraerá.
-En septiembre de 2015 lanzaron al nuevo MBA, ¿cuáles fueron las principales modificaciones?
Esto fue el resultado de estudiar los dos años previos todas estas tendencias globales. Es un MBA disruptivo, que incorpora algo que antes no teníamos tan explícitamente, que son las competencias. La incorporación de talleres para asegurar que el alumno cuando se gradúe del MBA, saldrá con las competencias que el mercado requiere.
A raíz de la crisis en 2008, hubo muchas entrevistas y encuestas para saber qué paso, qué les falta a los egresados de escuelas de negocios, que quizá contribuyó a la crisis. Revisamos toda esta información y nos dimos cuenta que hay competencias muy importantes: pensamiento crítico, emprendimento e innovación, visión global, trabajar en equipo, liderazgo colaborativo y capacidad de negocios y comunicación.
Todo esto lo metimos como parte explícita en el programa MBA, además de todo lo que debe estar, como son las áreas funcionales de la empresa. Además, los alumnos podrán hacer concentración en Marketing Estratégico, Emprendimiento e Innovación, Operaciones Globales, Finanzas Corporativas, Gestión de Servicios y Negocios Globales, que terminan con un proyecto de campo.
Empezamos en diciembre y la respuesta de los alumnos y las empresas a esta nueva oferta ha sido muy buena. Se incrementaron las aplicaciones para el MBA.
Con este nuevo MBA, tomamos la decisión de cambiar el proceso de admisión, que será mucho más holístico e integral, que se basa en elementos cuantitativos, pero también cualitativos. Todo esto para asegurar que el alumno que entra tiene todo lo que se necesita para ser exitoso, pero además tiene el potencial de ser un líder transformador. Porque queremos que nuestros estudiantes tengan la actitud de ser líderes que van a transformar y no se conformarán con hacer lo de siempre. En las empresas de hoy deben ser innovadoras. Por eso, ellos deben ser innovadores, ver los retos de hoy y del futuro.
-¿Cómo se medirán estas competencias en el proceso de admisión?
Hace tres años empezamos con un proyecto piloto y ahora es parte de una prueba que les hacemos a todos a los alumnos admitidos, que se llama WAVE. Acá se mide competencias como trabajo en equipo, liderazgo, negociación, pensamiento crítico y comunicación, evaluando a los estudiantes que llegan para hacer un diagnóstico.
El programa va a trabajar con ellos las competencias, pero como puede haber algunos bajo el promedio –que se identifica mediante la prueba- se les ofrece hacer talleres intensivos para ponerlos al corriente del tipo de alumnos que queremos que entre. Una vez que termina el programa se le vuelve a hacer a prueba, de forma de medir si los talleres y el programa están contribuyendo a darles las competencias. A lo largo del programa, cuando debaten o hacen trabajos en equipo, se pueden observar, por ejemplo, diferentes habilidades. Porque hay que ejercitar estas habilidades.
También aseguramos a este programa un sello importantísimo en tres grandes áreas diferenciadoras: el emprendimiento e innovación están presentes transversalmente; el liderazgo global de los estudiantes, para lo que ofrecemos experiencias globales; y el concepto de la sostenibilidad social, económica y ambiental, que está incorporado como un sello muy importante ante la realidad mundial.
-Hace unos años usted decía que la marca EGADE necesitaba correr con alas propias, sin desligarse del Tecnológico. Y hoy parece ser que tiene la fuerza necesaria para diferenciarse, ¿qué opina al respecto?
Creo que EGADE se ha fortalecido como marca, pero siempre gracias a ser parte de una institución como es el Tecnológico de Monterrey, porque somos lo mismo y tenemos la misma misión: desarrollar líderes emprendedores con sentido humano y competitivos internacionalmente. Porque somos una marcar del TEC, y somos su gran joya. Pero nos nutrimos del TEC. El modelo y ecosistema de emprendimiento que tenemos en el TEC es impresionante. Entonces, tener ese entorno y alineación con la misión del TEC y la nuestra, claramente que con nuestro enfoque de una escuela de negocios, donde generamos conocimiento y somos apoyados y apoyamos a la marca del TEC.
La EGADE contribuye a la marca del TEC, pero el TEC, ante todo, contribuye a la marca EGADE. La clave ha sido lograr una alineación institucional con el TEC, contar con una misión y visión compartida; tener un enfoque de liderazgo y formación de líderes emprendedores.
Hace dos años creamos un grupo de investigación en emprendimiento e innovación. Está nutriendo todo lo que queremos hacer con empresas y alumnos que quieren formar una empresa o que quieren emprender dentro de sus compañías. Creo que la marca EGADE ha logrado afianzarse como una marca endosada y muy importante del TEC. Hay un beneficio mutuo.
-Tal como usted dice, existe todo un foco en el TEC y en EGADE en el emprendimiento, ¿se está haciendo concretamente?
Incorporamos el emprendimiento como un tema transversal en el MBA. Creamos nuestro propio modelo de emprendimiento para los alumnos de postgrados, que tienen otros requerimientos. Generamos un modelo, donde incorporamos la innovación, porque deben ir unidos. Esto es nuestro motor, por lo tenemos clases de innovación que son parte del curso de emprendimiento, donde se estudian metodologías para innovar en todo. A lo largo del programa tienen componentes de emprendimiento en diferentes cursos transversalmente.
Los alumnos tienen que ser innovadores, porque lo tradicional no sirve. Acá se ve todo el modelo de emprendimiento.
El otro tema es la investigación, hemos traído figuras internacionales expertas en emprendimiento, que están viendo el carácter del emprender, qué lo motiva, por qué fracasa. Y esos conceptos que se están estudiando también los estamos utilizando para aplicarlos en nuestro modelo.
A los alumnos de MBA que quieran, además, les estamos ofreciendo la especialidad en emprendimiento. Es decir, que además del curso de inicio en emprendimiento, de los componentes que están implícitos en otros cursos, ellos tendrán la especialidad. Y la mayoría de los alumnos que está entrando quiere esta especialización.
Dentro de las redes globales que tenemos, estamos trabajando con escuelas de negocios que son muy fuertes en emprendimiento: Technion-Israel Institute of Technology, en Israel; Stanford University, Babson College, Yale School of Management , en Estados Unidos; Jönköping International Business School (JIBS), en Suecia; IE, en España; UCD Michael Smurfit Graduate Business, en Dublín; y Koc University Graduate School of Business, en Turquía.
-¿Cuáles son los principales retos que tienen como institución?
Creo que los retos más importantes son continuar innovando en nuestro modelo educativo y seguir atrayendo talento investigador que requiere un modelo que está en continua innovación. Es decir, seguir, pero a niveles mucho más altos, porque son retos, pero también oportunidades. Queremos, por ejemplo, ofrecer pronto un MBA blended para alumnos que no pueden venir físicamente, pero quieren un programa con las características del que tenemos aquí.
Los alumnos que vendrán a estudiar acá, cuando saldrán trabajarán en empresas que probablemente hoy no existen, con retos y oportunidades diferentes. Como va el cambio mundial, no sólo tenemos que escuchar al mercado, sino que ver las tendencias y adelantarnos al mercado. Esto último es un gran reto para las escuelas de negocios.
Ser realmente, con todo lo que hemos hecho, los que generamos la innovación dentro del programa educativo e investigación, con los cuadros que estamos formando. Y adelantarnos al futuro no es fácil, pero es una gran oportunidad.
El reto de la sostenibilidad social ya lo tenemos dentro de nuestro currículo, porque los alumnos no pueden estar ajenos a problemas sociales. Necesitamos empresas que escuchen y sean conscientes a estos problemas, porque de lo contrario América Latina no es viable.