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Dejemos de exportar rocas y empecemos a exportar bits
Lunes, Noviembre 3, 2014 - 09:05

Por Tadashi Takaoka, CEO de Magical Startups.

En Chile cada año aparecen 220 nuevas startups, de las cuáles 60% son digitales. Son números muy interesantes no solo para un país de 17 millones de habitantes, sino que también para la región. La cifra supone un intuitivo crecimiento de carreras ligadas a negocios digitales, pero la realidad es diametralmente opuesta y es una amenaza fantasma que no todos ven: el número de desarrolladores en Chile está cayendo dramáticamente y debemos hacer algo. En la interacción diaria con startups, diría que 4 de cada 10 emprendimientos digitales que postulan o conozco, tienen un desarrollador full time. Otros están buscando un partner técnico o pretenden contratar un  servicio externo (Lo que no es muy recomendable si tu core es digital).

Si eres un emprendedor digital, más de alguna vez habrás escuchado este problema. Conseguir un socio/empleado que sea desarrollador y que aparte sea muy bueno se ha vuelto una tarea compleja; pero, ¿por qué pasa todo esto? Hay diversas razones. Algunas totalmente contrarias a lo que indicaría el sentido común y que yo resumo en cuatro puntos:

El primero guarda razón con que “programar es una pega de obrero”. Lo pongo en comillas porque es una frase explícita que escuché de boca de un saliente ingeniero informático, profesionales que esperan ejercer en el levantamiento de requerimientos y arquitectura de software. En el diseño, pero no en la ejecución. Lo interesante de esto es que es exactamente opuesto a lo que sucede en Silicon Valley: los CTO's más aventajados disfrutan programar, porque saben que es la única forma de convertir una idea en un producto que sea exactamente como ellos quieren.

La segunda tiene que ver con que las matrículas de ingeniería informática están bajando. Instituciones como la Universidad de  Chile, Católica o Santa María, principales exponentes del tema, han visto caer el número de estudiantes que sigue esta disciplina. La baja se debe a la desinformación sobre el perfil de un ingeniero informático y sobre las ventajas de manejar temas como la arquitectura del software u otras materias más allá del código de programación. Por lo mismo es que muchos desarrolladores que hoy se encuentran inmersos en el mundo startup son autodidactas.

Tercer punto: de todas las ingenierías, la informática es la peor pagada. Es increíble pero cierto y si bien es sorprendente, es entendible. La gran mayoría de los ingenieros informáticos terminan trabajando en negocios tradicionales como banca, retail o en otras industrias tradicionales. Por ello, se encuentran con mercados con poca innovación digital, donde ocupan lenguajes de programación desactualizados y donde sufren una "involución" de su conocimiento, perdiendo competitividad.

El cuarto y último motivo, es relativo a que no están conscientes de las ventajas de las startups (además de que han tenido malas experiencias con emprendedores). Al principio casi no hay dinero y no puedes pagarle a un desarrollador lo que se merece. Incluso si le das equity, lo más probable es que sea el que más duro tenga que trabajar en las primeras etapas. Si bien hay fondos como Capital Semilla o SSAF que te permiten tener algunos recursos, de igual forma se hace difícil reclutar talento ajustado a las necesidades de la startup, básicamente porque los emprendedores no entienden completamente las dificultades de programar.

Como reflexión final, me parece necesario que todos los que trabajamos alrededor del tema, además del gobierno, tomemos nota de las dificultades de no tener desarrolladores de alto nivel que creen nuevos productos. Es como ser un país basado en la minería sin tener mineros. Es clave que desde las universidades y colegios mostremos las oportunidades de crear nuevas soluciones. ¡Dejemos de exportar rocas y empecemos a exportar bits!

Autores

Tadashi Takaoka