Hay que ser consciente del momento correcto a delegar, pues hacerlo como un proceso de ensayo y error puede obstaculizar la productividad.
Delegar actividades, pese a ser un comportamiento muy beneficioso en el mundo empresarial, no siempre es fácil. Alfredo Castro, socio director de MOT, empresa que se especializa en el desarrollo de talento, dice que no todos los líderes tienen la confianza de que el desempeño de otro empleado será satisfactorio. "Muchos gerentes temen que el trabajo no sea bien hecho. Otros no saben cómo delegar o simplemente no pueden ", explica.
Sin embargo, hay que ser consciente del momento correcto a delegar, pues hacerlo como un proceso de ensayo y error puede obstaculizar la productividad. Quien delega deben basarse en relaciones anteriores para ver si la persona que recibe la tarea se hará cargo de ella. Es un proceso que requiere la participación y el conocimiento entre el líder y el liderado.
No es suficiente sólo "seguir adelante", pero es importante explicar cómo se hace, sin "cortar" la creatividad. "Esta explicación, al principio, requiere más tiempo del líder o gerente de lo que necesitaría si el mismo hiciero esta actividad", agrega Castro. Pero, según él, hay que entender que después de enterarse de este proceso, el gerente o líder no tendrá que volver a los pasos básicos y la delegación comenzará a permitirle tener más tiempo para otras actividades, mientras que la persona liderada desarrollará nuevas habilidades".
Capacitación para aprender a delegar
Durante la capacitación, el especialista aconseja comenzar delegando tareas simples, que exijan menos conocimiento, para qye la persona que asuma pueda lidiar con ellas. Para él, es importante tener en mente que no se delega la responsabilidad, pero sí la tarea. El líder o gestor continúa siendo responsable por aquello, incluso si es hecho por otra persona del equipo.
"Instruir es enseñar a un niño a cruzar la calle. Es un proceso no ocurre de inmediato. Y la percepción de si la persona está lista para llevar a cabo esa tarea por sí sola es subjetiva", añade. Por eso, requiere la capacidad de percibir el contexto, el subordinado y el impacto de esa actividad. También es esencial saber cómo comunicar lo que será delegado, y todos estos aspectos son entrenables.
Delegar no es simplemente decir lo que se debe hacer, ni, por otra parte, sólo decir cómo se debe hacer. Es abrir los ojos del empleado para que pueda hacer cosas de manera diferente, ver otras salidas y contribuir eficazmente a los procesos. "Por esto, señalo tres situaciones diferentes: se puede entrenar para mantener un comportamiento adecuado; para eliminar el comportamiento inapropiado o para añadir un nuevo comportamiento. Estos son los tres pilares que pueden causar es bien ejecutada la tarea responsable".
El papel de la tecnología
La tecnología - que llegó con una promesa de aumentar la productividad y ayudar a cumplir las tareas en menos tiempo - no ha sido beneficioso para el proceso de delegación. Llama la atención del consultor el hecho de que la facilidad de acceso a los recursos tecnológicos ha contribuido a la gente a recuperar actitudes centralistas.
"La tecnología nos da la falsa impresión de que podemos hacerlo todo a la vez y solo, sin ayuda de nadie, sólo para el equipo técnico. Pero esto no es cierto. Delegar tareas es muy beneficioso en términos de la productividad ", concluye Castro.