Fue creado por una investigación que ha liderado la empresa Becton, Dickinson & Company, con sede en Franklin Lakes (EE.UU.).
Un test de diagnóstico desarrollado por una investigación que ha liderado la empresa Becton, Dickinson & Company, con sede en Franklin Lakes (EE.UU.) es capaz detectar el ébola en muestras de sangre en menos de 30 minutos. Asimismo, puede diferenciar esta enfermedad de otras dos con síntomas similares: la malaria y la fiebre de Lassa, según publica hoy la revista Science Translational Medicine. Llevar a cabo la prueba no requiere de electricidad ni de personal o equipos especializados y, de confirmarse su rendimiento, podría aplicarse para acelerar el diagnóstico del ébola en zonas remotas, según La Vanguardia.
“Una diferenciación rápida entre la malaria y el ébola permitiría al personal sanitario aplicar rápidamente los tratamientos más apropiados y desplegar las medidas apropiadas de control de infección, lo que ayudaría a utilizar mejor los recursos disponibles a la par que tratar a los pacientes para limitar la propagación de la enfermedad”, afirma en declaraciones a Science Translational Medicine John Connor, investigador de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston (EE.UU.) y coautor de la investigación.
En agosto de este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre un nuevo brote de ébola en la República Democrática del Congo. Según la OMS, hasta el 10 de diciembre, se han registrado 500 casos de la enfermedad y 289 muertes, lo que ha convertido la epidemia en la segunda más grande de la historia, después de la que se inició en 2014 en el oeste de África, que se saldó con más de 11.000 muertes. Actualmente, pese a los esfuerzos de contención, la enfermedad se sigue extendiendo.
El nuevo test de diagnóstico consta de un conjunto de viales en los que se introduce una pequeña muestra de sangre. Los viales contienen reactivos capaces de detectar proteínas del agente infeccioso; en este caso, los investigadores lo han adaptado para detectar el virus del ébola, el virus de Lassa y el parásito que causa la malaria. Los reactivos se encuentran desecados y no requieren de conservación en frío.