Cada vez más empresas comienzan a evaluar la idea de otorgar beneficios que más allá de enriquecer el paquete total de compensaciones.

De un tiempo a esta parte, la implementación de acciones orientadas a lograr un equilibrio entre el mundo laboral y personal, se volvió un aspecto sumamente significativo para los ejecutivos. En respuesta a esta tendencia, cada vez más empresas comienzan a evaluar la idea de otorgar beneficios que más allá de enriquecer el paquete total de compensaciones, apunten a mejorar la calidad de vida de sus trabajadores.

Ezequiel Palacios, director asociado de Head Hunting boutique Glue Consulting, señala que “el periodo comprendido entre noviembre y marzo, se presenta como un momento ideal para trabajar sobre este tipo de beneficios, especialmente aquellos asociados a la salud y la flexibilidad horaria”.

Alianzas con gimnasios, grupos de running, torneos de fútbol o la incorporación de canastas de fruta en las oficinas, son algunas de las acciones de más fácil implementación, que además de impulsar hábitos saludables permiten generar un vínculo diferente con los trabajadores y fidelizarlos. Las actividades físicas, sobre todo las grupales, por ejemplo, ofrecen una excelente oportunidad para fomentar el “bonding” en el equipo -generar vínculos más fuertes-, un aspecto sumamente relevante a desarrollar ya que mejora el desempeño en los proyectos asignados.

Por su parte, los beneficios en flexibilidad horaria –que suelen ser muy bien recibidos ya que permiten aprovechar mejor el día-, pueden abordarse de diversas formas; ya sea flexibilizando los horarios de entrada y salida, trabajando una hora más de lunes a jueves para tener la tarde del viernes libre o incluso comenzar a implementar días de home office.

Palacios afirma que “este tipo de acciones, al tener un alto valor percibido por parte de los empleados y un costo relativamente bajo para la compañía, resultan muy buenas opciones para comenzar a implementar políticas de work-life balance”. Y agrega “La clave para que estos beneficios sean efectivos es que la cultura de la empresa acompañe a los mismos, que si por ejemplo se otorga el flex friday, el colaborador pueda hacer uso de este beneficio sin sentir culpa, ni correr el riesgo de que su jefe directo considere que por utilizarlo, está descuidando su trabajo”.

En ese sentido, la comunicación interna de los beneficios es esencial, tanto a nivel general como desde Recursos Humanos hacia los líderes de cada equipo para que ellos también puedan transmitirlos y respetarlos; ya que los beneficios que no se comunican no son percibidos por los colaboradores y pierden su efectividad.

Asimismo, Palacios recomienda “evaluar cómo impactaron los beneficios en el desempeño de los ejecutivos, para analizar la posibilidad de incorporarlos como beneficios permanentes y comenzar a desarrollar un programa formal de beneficios orientados al work-life balance, como los que hoy ofrecen por ejemplo las compañías de Consumo Masivo y Farmacéutica, industrias pioneras en este tipo de beneficios”.