En tiempo turbulentos, surge la interrogante de cómo lograr resultados económicos positivos, al mismo tiempo que se mantiene tranquilo a los trabajadores.
En momentos en que las aguas están turbulentas en distintos ámbitos, ya sea a nivel empresarial, político o social, la figura del líder se vuelve fundamental a la hora de crear y mantener equipos de trabajo cohesionados y confiados en el desempeño de los compañeros de trabajo y de la empresa en general.
De esta manera, una de las principales interrogantes que surge es ¿cómo lograr resultados económicos positivos, al mismo tiempo que se mantiene tranquilo a los trabajadores?
Para responder esta y otras preguntas primero es importante saber qué se entiende por liderazgo. Si se remite al trabajo, es el conjunto de capacidades y actitudes realizadas por una persona, en beneficio de influir en sus pares y trabajadores, con el fin de llevar adelante los proyectos y desafíos de la empresa, pensando en el bienestar grupal y personal. En base a esto, existen distintos estilos para liderar, puede ser de forma autoritaria, permisiva o inspiradora. ¿Cuál es el más adecuado para superar los tiempos de crisis?
“Lo primero y más relevante, es considerar los momentos difíciles como verdaderas oportunidades de crecimiento, en los que es posible poner a prueba las capacidades de los grupos, aprender unos de otros y escucharse permanentemente”, destaca Marcela del Barrio, directora de Gestión de Personas de Sodexo Servicios de Beneficios e Incentivos
Tipos de liderazgo
Autoritario: Es la clase de líder que ordena e impone. No suele delegar las tareas y en él se concentran todas las decisiones, además de supervisar de cerca el desempeño de los colaboradores.
Permisivo: Las emociones son predominantes en su toma de decisiones. Es extrovertido y la comunicación es una de sus principales herramientas. Da espacio para la creatividad grupal.
Inspirador: Plantea los desafíos de forma ambiciosa y motivadora, transmitiendo la importancia de tomar nuevos desafíos como grupo. Es una persona que predica con el ejemplo y potencia los logros del equipo.
Es sabido que los estilos de liderar han cambiado con el paso de los años, y que hoy las empresas están optando por personas que desarrollen sus “capacidades blandas”, que actúen con honestidad, humildad y sentido de pertenencia, alineados con la misión y visión de la empresa.
Marcela del Barrio hace hincapié en las actitudes de un buen líder donde, “resolver problemas, pensar claro, ser permeable al cambio, inspirar, coordinar y trabajar en equipo son algunas de las características que hoy se deben potenciar, para lograr trabajar de forma confiable y cohesionada entre los mandos altos y medios de la compañía”.
Otra cualidad del líder es empoderar a los miembros del equipo para que la contribución y el sentido de aporte sea mayor, permitiendo finalmente que la innovación comience a fluir dentro de la organización.
“En tiempos de crisis es fácil caer en la tentación de “surfear la ola” sin grandes atrevimientos. El desafío del liderazgo es invitar a replantearse procesos y buscar mejoras, y qué mejor si vienen desde el mismo equipo, motivados por un liderazgo inspirador y colaborativo”, concluye Marcela del Barrio.