A pesar de que esta modalidad de trabajo es conocida como una alternativa ágil y eficiente para cumplir objetivos, no siempre resulta como pretendemos.
El desarrollo de un equipo contribuye con el retorno de la inversión porque actúa directamente, generando mejoras en el clima laboral, con su consecuente impacto en la rotación, ausentismo, productividad, todos factores que repercuten significativamente en la rentabilidad de las organizaciones.
El impacto de la gestión de equipos de personas, apoyándolos para que rindan al máximo de su potencial ha sido medido luego de varias décadas de investigaciones, según las mismas, un equipo de técnicos y profesionales formados y gestionados para el alto desempeño es un 65% más productivo que otro no estimulado en este sentido. Si hablamos de los niveles directivos, la diferencia trepa a más del 90%.
Sin embargo, a la hora de construir realmente un equipo, las organizaciones y por lo tanto las personas que las conforman muchas veces no logran funcionar como se propusieron y se alejan cada vez más de la meta deseada: "lograr un equipo que logre los objetivos propuestos, en donde cada individuo tenga espacio para su desarrollo, conozca su rol, sabiendo que sin su participación el objetivo puede verse comprometido. Todo esto en un ambiente de cordialidad y confianza, bajo el esquema de que si todos trabajan, todos obtienen los beneficios de ese trabajo".
No es suficiente seleccionar a los mejores para acelerar la efectividad en el trabajo y aumentar la productividad. Es necesario que estas personas conformen un equipo de individuos flexibles y adaptables para manejarse en grupo respetando los valores de la organización. Solo personas fuertemente entrenadas en este sentido pueden hacer sinergia y transformar el grupo en un equipo de alto potencial.
¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrentamos a la hora de querer conformar equipos de trabajo de alto desempeño?
1. No tener una meta u objetivos claros: Los equipos donde sus miembros no comparten un sentido de dirección, no saben qué hacer y no miden su progreso en relación a sus objetivos claves, les es muy difícil alinearse y lograr poder dividir racionalmente sus tareas siguiendo el principio de la división del trabajo y, posteriormente, aglutinar a cada miembro del equipo bajo un objetivo común.
2. Falta de confianza entre los miembros del equipo. Esto muchas veces surge porque las personas que integran el equipo no están dispuestos a mostrarse vulnerables ante los demás y de esa manera no aceptan errores ni debilidades, no permitiendo por lo tanto la construcción de los cimientos de la confianza.
3. Falta de compromiso, relacionado con el punto anterior, la falta de posibilidades de tener un dialogo abierto, donde no se esfuerzan por comprender los puntos de vista de los demás, ni porque los demás entiendan los propios, repercute directamente a la hora de que los miembros del equipo acepten verdaderamente las decisiones y se comprometan con ellas; aunque finjan estar de acuerdo durante las reuniones.
4. Temor al conflicto: Los equipos que prefieren en pos de un "buen clima laboral" no enfrentar los conflictos y por lo tanto prefieren no tratar los temas que les resulten difíciles o incómodos, no logran hacer que sus miembros sean capaces de afrontar los inconvenientes y resolverlos, prefieren ocultar los problemas bajo la alfombra. Como consecuencia no hay debate, las ideas se congelan y el equipo es ineficaz.
5. Responsabilidades, nadie asume el éxito o fracaso del proyecto. La energía se disipa y todo se viene abajo.
6. Por último estos equipos disfuncionales no se centran en resultados comunes, si no que sitúan sus necesidades individuales (como el ego, el desarrollo de la carrera personal, el reconocimiento) o incluso las necesidades de sus departamentos por encima de las metas colectivas del equipo.
Un equipo es más que un grupo de personas tratando de hacer un trabajo juntas o de resolver un problema, un verdadero equipo se sustenta en el compromiso de sus miembros, los cuales al poder confiar entre sí, son capaces de generar debates y desarrollar ideas. Las metas se establecen desde un liderazgo compartido. Las personas establecen metas que las obligan a combinar destrezas individuales dando lo mejor de cada uno, todos y cada uno de ellos tienen su mirada en las metas del equipo por encima de cualquier objetivo personal. Solo personas fuertemente entrenadas en este sentido pueden hacer sinergia y transformar el grupo en un equipo de alto potencial.