La cultura Chavín es considerada una de las más antiguas de la zona andina, apareció en el Horizonte temprano y su principal complejo arqueológico está en el departamento de Ancash, a unos 400 kilómetros al norte de Lima.
Lima. Arqueólogos hallaron canales de agua, corredores y muros de la cultura Chavín de Huántar, que extendió sus dominios hace unos 3.000 años en la región norandina de Ancash en Perú, anunció este lunes el jefe del programa de excavaciones, el estadounidense John Rick.
El investigador de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, quien es el encargado de los trabajos auspiciados por el Ministerio de Cultura de Perú, explicó a la prensa local que estos descubrimientos reflejan las actividades ceremoniales de esta cultura que floreció 1.000 años a.C.
"Este canal está cuatro metros por abajo, por lo menos, y quizás hay dos fases anteriores de canales, lo que significa que los enterraban, cerraban y construían otros canales encima, con sus respectivas escalinatas de mantenimiento", afirmó Rick.
La cultura Chavín es considerada una de las más antiguas de la zona andina, apareció en el Horizonte temprano y su principal complejo arqueológico está en el departamento de Ancash, a unos 400 kilómetros al norte de Lima.
Por su parte, el arqueólogo peruano Miguel Ortiz, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, destacó el carácter religioso de estos descubrimientos debido a la presencia de restos de ofrendas religiosas y utensilios vinculados a la cosmovisión de la cultura Chavín.
"Ha habido pequeñas ofrendas, en las esquinas, asociadas con las paredes", anotó el investigador peruano, quien trabaja con un grupo de arqueólogos en el complejo Monumento Arqueológico Chavín de Huántar.
Ortiz resaltó que durante los trabajos de excavación se utilizaron objetos de alta tecnología, como robots, para acceder a los espacios subterráneos, con varios niveles de canales bajo tierra.
Este centro arqueológico es visitado por miles de turistas peruanos y extranjeros todos los años, atraídos por la Estela Raimondi, un monolito de granito de 1,98 metros de alto por 74 centímetros de ancho, con tallados geométricos en relieve en una de sus caras.
Otro de los atractivos de este complejo, donde floreció la cultura considerada matriz de pueblos preincas, son las cerca de 100 cabezas clavas, talladas en piedra, con fisonomías humanas pero en transformación de felinos.