Conocer más de este proceso es importante porque la población mundial está envejeciendo rápidamente, lo que es un factor de riesgo para enfermedades como cáncer y desórdenes neurodegenerativos.
Un equipo de investigadores chinos descubrió un mecanismo genético que afecta el ritmo de envejecimiento de los animales, lo que ayuda a entender las bases biológicas y la regulación del envejecimiento saludable, según un estudio publicado en la revista Nature.
Conocer más de este proceso es importante porque la población mundial está envejeciendo rápidamente, lo que es un factor de riesgo para enfermedades como cáncer y desórdenes neurodegenerativos.
Para entender mejor el asunto, un equipo dirigido por el Dr. Shi-Qing Cai de la Academia de Ciencias de China analizó el origen genético de la variabilidad en el ritmo de envejecimiento utilizando como animal modelo Caenorhabditis elegans, un nematodo delgado de cerca de un milímetro de tamaño utilizado ampliamente en las investigaciones de envejecimiento.
En su breve vida, los C. elegans de distintas partes del mundo muestran distintos ritmos de deterioro de virilidad, patrón de alimentación y locomoción durante el envejecimiento, según el estudio.
El equipo considera que su estudio revela el primer camino genético subyacente a la variación natural del ritmo de envejecimiento y descubre un importante papel de la neurona glial que posiblemente controla el ritmo de envejecimiento con ayuda de neuropéptidos.
La senda parece afecta la virilidad y el patrón de alimentación del C. elegans, pero no su locomoción, lo que indica que "el mecanismo que regula el deterioro de los distintos comportamientos podría ser bastante diferente", dijo el primer autor del estudio, el Dr. Jiang-An Yin, miembro del equipo de Cai.
Sigue siendo un importante desafío determinar si los neuropéptidos desempeñan un papel similar al regular la salud en los humanos.
"Los genes subyacentes en la variación del ritmo de envejecimiento entre los individuos han atravesado por la selección natural de largo plazo y normalmente no afectan el crecimiento y reproducción de los animales. Por lo que estos genes pueden ser potencialmente buenos objetivos para los futuros tratamientos contra la vejez".