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Descubren que la música puede mejorar la frecuencia cardíaca y los efectos de los antihipertensivos
Miércoles, Enero 9, 2019 - 10:00

Como lo informó la Agencia la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Sao Paulo (FAPESP), los investigadores empezaron a estudiar durante los últimos años el efecto de la música sobre el corazón en situaciones de estrés.

Si usted es uno de los millones de pacientes que deben tomar medicamentos antihipertensivos para mantener a raya la presión arterial, un grupo de científicos de la Universidade Estadual Paulista en Brasil y de la Facultad de Juazeiro do Norte, del mismo país, en colaboración con pares de la Oxford Brookes University, de Inglaterra, tienen una recomendación extra: escuchar música inmediatamente después de tomar su medicación.

En un trabajo cuyos resultados han sido publicados en la revista Scientific Reports observaron que la música mejoró la frecuencia cardíaca y los efectos de antihipertensivos en el lapso de hasta una hora después de tomar la medicación

Como lo informó la Agencia la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Sao Paulo (FAPESP), los investigadores empezaron a estudiar durante los últimos años el efecto de la música sobre el corazón en situaciones de estrés. Una de las constataciones que hicieron indica que la música clásica fundamentalmente tiene el efecto de disminuir la frecuencia cardíaca.

“Constatamos que la música clásica activa el sistema nervioso parasimpático [encargado de estimular acciones que le permitan al organismo responder a situaciones de calma, tales como la desaceleración de los latidos cardíacos y la disminución de la presión arterial y de la adrenalina y el azúcar presentes en la sangre] y reduce la actividad del sistema simpático [que puede acelerar los latidos cardíacos]”, declaró Vitor Engrácia Valenti, docente del Departamento de Fonoaudiología de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Unesp de Marília y coordinador del estudio a FAPESP.

Esta relación entre la música y el sistema nervioso llevó a los investigadores a evaluar el efecto de la estimulación musical mediante el empleo de un método denominado “variabilidad de la frecuencia cardíaca” durante situaciones cotidianas, como en el tratamiento de la hipertensión.

“Ya existían estudios relacionados con los efectos de la musicoterapia sobre la presión arterial en pacientes hipertensos que apuntaron que la misma tuvo efectos positivos significativos. Pero aún no estaba claro si la música puede influir en el efecto de la medicación sobre la variabilidad de la frecuencia cardíaca, la presión arterial sistólica y la presión arterial diastólica”, afirmó Valenti.

Para el experimento reclutaron 37 pacientes. Después de tomar los medicamentos de rutina, los voluntarios en algunas ocasiones escucharon músicas instrumentales con auriculares durante la hora siguiente y en otras sesiones permanecieron en silencio. Los investigadores examinaron a los pacientes en reposo, a intervalos de 10, 20, 40 y 60.

“Los análisis de los datos indicaron que la frecuencia cardíaca de los pacientes disminuyó 60 minutos después de que se los medicó y escucharon música. En tanto, cuando tomaron el antihipertensivo de rutina y no escucharon música después, su frecuencia cardíaca no sufrió una alteración tan intensa”, informaron los investigadores a través de la agencia de noticias.

Las respuestas de los medicamentos también fueron más intensas sobre la presión arterial de los voluntarios cuando escucharon música después de que se los medicó en términos de desaceleración de los latidos cardíacos y de disminución de la presión arterial. “Detectamos que la medicación antihipertensiva mostró efectos más intensos sobre la frecuencia cardíaca de los pacientes cuando escucharon música”, dijo Valenti.

Una de las hipótesis que plantearon los investigadores indica que al activar el sistema parasimpático, la música causa un aumento de la actividad gastrointestinal de los pacientes hipertensos, acelerando la absorción de medicamentos antihipertensivos e intensificando los efectos sobre la frecuencia cardíaca.

Autores

El Espectador