Las cerezas son el fetiche principal de las actividades familiares y sociales para celebrar el Año Nuevo Chino.
El próximo 5 de febrero, la mayor parte de los habitantes chinos celebrará un nuevo año regalando cerezas chilenas, una tradición que sigue haciendo que este producto esté entre los más demandados por el gigante asiático.
“Hace dos o tres años enviamos unas 20 millones de cajas a nivel nacional; ahora, todas las proyecciones apuntan a que deberíamos superar los 30 millones durante esta temporada. Es una cifra exorbitante que nos confirma la necesidad de estar preparados para responder a las necesidades tanto de los exportadores como de los consumidores, para entregar este fruto en óptimas condiciones”, asegura Ignacio Lara, gerente comercial de Maersk Chile, confirmando el auge en la exportación de cerezas hacia China, país que durante el año pasado fue el principal comprador del fruto rojo en el mundo: 70% del total exportado por nuestro país se quedó ahí.
Incluso luego del temporal que afectó en gran parte a la zona centro- sur del país con lluvia y granizo, dejando daños avaluados en aproximadamente USD$ 120 millones, las organizaciones de exportadores liderados por la ASOEX señalaron que los envíos del fruto no se verían gravemente afectados y que las proyecciones siguen siendo positivas.
Las cerezas son extremadamente importantes para el mercado chino en esta época, ya que, tradicionalmente, son el fetiche principal de las actividades familiares y sociales para celebrar el Año Nuevo Chino, pues son un regalo que simboliza buena suerte y prosperidad.
El traslado. Actualmente Maersk optimiza los envíos de este producto con salidas semanales, viajes que en su mayoría tienen como destino de descarga a Hong Kong, históricamente el principal centro de consumo para el fruto rojo. Una vez llegado ahí y debido a que la venta de las cerezas es muy dinámica y varía a diario, suelen enviarse en camiones hacia Shanghai, pulmón financiero y comercial de China, para luego iniciar su traslado hacia otras ciudades y puntos del país.
Según el ejecutivo, la seguridad de saber que la carga llegará a tiempo y en buen estado en un viaje tan largo es de vital importancia para los clientes chinos; esto, sumado a la posibilidad que tienen los exportadores de poder tener el control sobre las operaciones en un mercado ultra dinámico, es un valor agregado que posiciona a Maersk como un experto en el servicio, sobre todo en lo que respecta a los tiempos.
Para Lara, la exportación de un producto tan importante como este es de cuidado y la excelencia en el servicio debe ser total. “En nuestro caso, por ejemplo, salimos del puerto de San Antonio hacia Hong Kong en un viaje directo de 25 días, un servicio muy competitivo, no solamente por el buen tiempo de traslado, sino que también porque contamos con todo lo necesario para el correcto cuidado de la carga. En ese sentido nuestro valor agregado es nuestra rapidez en respuesta, servicio en post venta, disponibilidad de equipo, además de tecnología de monitoreo en tiempo real (RCM)”, señala.
“El proceso de exportación de las cerezas se centra en la agilidad; es lógico pensar así si tomamos en cuenta que la demanda que ahí se vive es cientos de veces más grande que cualquier producto que podamos ver en nuestro país. En ese sentido, nuestro valor agregado también está en el servicio de transporte intermodal, en la lógica es camión, nave, camión: esto es, salir directo del packing al puerto, y de ahí directo al mercado de consumo, donde el poder tener los contenedores a disposición es vital”, sentencia Lara.