En el análisis de las personas ocupadas los sectores que contribuyeron a su aumento figuró administración pública (13,2%). En contraparte, los que presentaron los principales descensos fueron construcción (-8,0%), hogares como empleadores (-10,9%) y actividades inmobiliarias (-19,0%).
El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó este miércoles las últimas cifras relacionadas al desempleo en Chile.
La tasa de desocupación se ubicó en 8,8% durante el trimestre móvil mayo-julio de 2023, lo que significó un aumento de 0,9 puntos porcentuales (pp.) en doce meses (noveno incremento anual después de continuas disminuciones desde marzo-mayo 2021).
En la región Metropolitana, en tanto, la tasa de desocupación del trimestre en análisis alcanzó 9,3%, aumentando 1,0 pp. en doce meses dado que el alza de la fuerza de trabajo (2,4%) fue mayor al incremento de las personas ocupadas (1,3%). En el mismo período las personas desocupadas en esa región crecieron 15,0%, incididas principalmente por quienes se encontraban cesantes.
La tasa de desocupación anotó 8,8% en el trimestre móvil mayo-julio de 2023 debido a que el alza de la fuerza de trabajo (3,0%) fue mayor a la presentada por las personas ocupadas (2,0%).
“Por su parte, las personas desocupadas se expandieron 14,1% en un año, incididas por quienes se encontraban cesantes (14,7%) y por quienes buscan trabajo por primera vez (7,8%)”, indicó el INE.
Respecto al año anterior, las tasas de participación y de ocupación volvieron a aumentar (aunque a un menor ritmo) y se situaron en 61,0% y 55,6%, creciendo 1,2 pp. y 0,6 pp., respectivamente. Por otro lado, la población fuera de la fuerza de trabajo disminuyó 2,1%, influida solo por las personas inactivas habituales (-3,9%).
En las mujeres, añadió el INE, la tasa de desocupación se situó en 9,0% y las de participación y ocupación se situaron en 51,7% y 47,1%, avanzando 1,8 pp. y 1,3 pp., en cada caso.
En los hombres, la tasa de desocupación fue de 8,6%, mientras que la tasa de participación llegó a 70,6%, creciendo 0,5 pp. y la tasa de ocupación se situó en 64,5%, con una variación de -0,2 pp.
"Esta moderación en el ritmo de crecimiento del empleo se ubica en línea con nuestra expectativa, debido a la caída que hubo en el PIB durante el segundo trimestre. Asimismo, ante nuestra proyección de un desempeño muy contenido de la actividad económica en los próximos meses, es que seguimos previendo un estancamiento en la creación de puestos de trabajo" dijo un análisis de Inversiones Security.
La entidad privada fue tajante en afirmar que se observan las primeras señales que llevarían a una reversión del sorpresivo aumento del empleo en la primera mitad del año, en línea con sus expectativas.
"Ello por cuanto prevemos cierta mantención en el nivel de la actividad económica, que resultaría en un PIB que no crece respecto a 2022.Seguimos previendo una prolongación en la divergencia entre la fuerza de trabajo y el empleo y que se traduciría en alzas adicionales –pero graduales- de la tasa de desocupación con el correr de los meses. Así, la tasa de desempleo promediaría cerca de 9% este año, y subiría hasta 9,5% el próximo", dijo Inversiones Security en un análisis enviado esta mañana a los medios.
Sectores económicos
El alza de las personas ocupadas fue incidida tanto por las mujeres (3,7%) como por los hombres (0,7%).
Los sectores que contribuyeron al aumento fueron actividades de salud (12,3%), comercio (4,1%) y administración pública (13,2%); y los que presentaron los principales descensos fueron construcción (-8,0%), hogares como empleadores (-10,9%) y actividades inmobiliarias (-19,0%).
Por categoría ocupacional incidieron positivamente las personas asalariadas formales (1,8%), asalariadas informales (6,9%) y trabajadoras por cuenta propia (2,1%), señaló el INE.
En paralelo, la tasa de ocupación informal se ubicó en 26,9%, aumentando 0,3 pp. en doce meses. Las personas ocupadas informales crecieron 2,9%, incididas por las mujeres (4,6%) y los hombres (1,5%).
Conforme al INE, en doce meses el volumen de trabajo, medido a través del número total de horas efectivas trabajadas por las personas ocupadas, ascendió 1,9%, en tanto que el promedio de horas trabajadas llegó a 37,8 horas.
La tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial (que mide el número de personas desocupadas más personas iniciadoras disponibles e inactivos potencialmente activos) alcanzó 16,7%, con un alza de 1,2 pp. en el período (noveno incremento consecutivo). En los hombres se situó en 15,4% y en las mujeres, en 18,5%. La brecha de género fue 3,1 pp.