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Después de un tiempo sin intimidad, así reaccionan el cuerpo y el cerebro
Domingo, Abril 17, 2016 - 08:41

La frecuencia sexual, por lo menos dos veces por semana, eleva hasta 30% los niveles de este anticuerpo hallados en saliva y mucosas corporales.

 

Si las personas mantienen una costumbre más o menos habitual de mantener encuentros íntimos, el organismo se acostumbra a recibir ciertos efectos parecidos a una adicción. Por eso, cuando esa frecuencia se varía, el cuerpo y el cerebro acusan el cambio. 

"Vivir bajo un sistema de abstinencia es posible, aunque es difícil mantenerse así, pero el cambio tiende a generar malhumor, entre otros problemas", revela Eduardo Ramos Cuevas, de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual.


Cuando se ha llevado una vida sexual activa que se deja de disfrutar por algún tiempo, el cuerpo se resiente, generando -incluso- riesgos de infarto, esto porque la actividad sexual es un efectivo ejercicio cardiovascular, según recientes investigaciones de la Universidad de Tufts, en Massachusett, Estados Unidos.

La práctica es un excelente generador inmunoglobulina A (IgA), por lo que mantener una frecuencia de dos veces por semana eleva hasta 30% los niveles de este anticuerpo hallados en saliva y mucosas corporales, mismo que protege contra resfriados y otras infecciones.

En el caso específico de los hombres, una nula frecuencia sexual implica un factor de riesgo para desarrollar cáncer de próstata, ya que la dinámica erótica -según las últimas investigaciones- genera un efecto preventivo en hombres de 20 a 50 años.
 
Cerebro inhibe algunas funciones

Hay zonas concretas en el cerebro que reaccionan con la actividad sexual, generando sensaciones de bienestar a través de la segregación de hormonas. Por ello, ante la inactividad se dejan de producir tales sustancias lo que afecta el estado de ánimo, la toma de decisiones y la memoria.

Con el sexo se libera dopamina un neurotransmisor con el cual se mejora la atención, controla los impulsos, la motivación y recompensa. La prolactina considerada como la hormona de la saciedad y la responsable de la secreción de leche.

La oxitocina se encarga de fortalecer los lazos afectivos románticos y sociales; andrógenos influyen en el humor, excitación y en la percepción de la pareja. Al no mantener prácticas sexuales, no se producen estas sustancias que resultan vitales también para socializar y tener una vida feliz, por lo que se afecta la salud emocional.

Expertos enfatizan que si se opta por un período de abstinencia, el ejercicio, bailar, cantar, leer o apasionarse por alguna otra actividad también permite segregar estas sustancias de forma natural.

A ello hay que sumar especial cuidado en la alimentación, ya que se debe tener mayor cuidado con las grasas saturadas y azúcares refinados, así como el consumo de café; hay que centrarse también en pensamientos positivos, todo lo cual ayuda a liberar las cargas del organismo retenidas por no tener una vida sexual activa.

Autores

Excelsior / Salud180 / Lifestyle