La deuda del gobierno federal mexicano se incrementó en 3,3 puntos del PIB de 2019 a la fecha, pese a que no hubo un programa contracíclico de apoyos a la economía durante la pandemia ni en el trayecto a la recuperación, revela información del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por su sigla en inglés).
Según sus cálculos, la deuda general del sector público es equivalente a 38,6% del PIB mexicano, por arriba del 38,3% del Producto que se gestionó en el segundo trimestre de 2021 y lejos del 36,4% del PIB que representó en el mismo lapso de 2019.
No obstante, al interior del “Global Debt Monitor”, que divulga trimestralmente la mayor asociación de instituciones financieras mundiales, se observa que la deuda que administra el gobierno mexicano compara favorablemente con la media que manejan los gobiernos del mundo, que representa 102.3% del PIB y también compara favorablemente con el promedio que administran las economías emergentes que es 65,6% del PIB.
El analista soberano de la calificadora Moody´s para México, Renzo Merino, identificó como una fortaleza para la calificación del soberano su carga de deuda respecto de la que tienen otros países con la misma calificación de México, es decir, que están en el escalón “Baa1”, que es dos niveles arriba del grado de inversión.
Pero matizó que esta fortaleza puede presentar ciertas complicaciones cuando el PIB se desacelera y al tomar en cuenta la carga de intereses.
Deuda de corporativos
La información desagregada del IIF para México muestra que la carga de deuda de los corporativos financieros se mantiene en desaceleración, pues al cierre del segundo trimestre del año representó 13,3% del PIB. El dato contrasta con 14,6% del PIB que promedió en el mismo lapso de 2021.
Tal como sucede con la deuda de gobierno, la de corporativos financieros compara favorablemente con la media que administran los pares emergentes, que según el instituto está en 38,4% del PIB y con 84,7% del PIB que cargan a nivel mundial.
Los datos del IIF muestran que los corporativos no financieros que operan en México, administran una deuda que equivale a 23,8% del PIB que también contrasta con la media de los emergentes que asciende a 101,6%.
Según el instituto, las familias y hogares mexicanos que han acudido al endeudamiento gestionan pasivos por 15,5% del PIB al cierre del segundo trimestre, lo que muestra una moderación ligera desde el 15,75% del PIB que administraron en el mismo lapso del año pasado.
Esta proporción de pasivos contrasta con 46,9% que administran en promedio los hogares de mercados emergentes.
Crecen riesgos para emergentes
El reporte de este mes lleva por título “Riesgos crecientes para los mercados emergentes”, al referirse a un incremento en la deuda de mercados emergentes que evidencia el impacto de una fuerte desaceleración económica que también sugiere presiones inflacionarias no resueltas.
Advierten que la expectativa de tasas más altas también es un riesgo latente para el manejo de la deuda en economías emergentes y ante el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales del que serán particularmente afectados.
El IIF asocia al mayor número de instituciones financieras de operación mundial y cuenta entre miembros a BBVA, Grupo Financiero Banorte, Bancolombia, Dubai International Finance Center, Bank OF China; Wells Fargo; Santander; Standard & Poor´s; Principal, Moodys; Metlife, entre otros.
La metodología que utiliza el IIF para medir la deuda es diferente a la que utiliza la Secretaría de Hacienda, y que se denomina Saldo Histórico de Requerimientos Financieros del Sector Público, la cual se espera se ubique en 49.9% del PIB al cierre del 2023.