Aunque se reconocen análisis sobre la medida, lo cierto es que una devaluación requeriría la aprobación de los líderes del país.
China está evaluando el impacto potencial de una depreciación gradual del yuan como una estrategia ante la disputa arancelaria con Estados Unidos, reportó el lunes la agencia Bloomberg, tras citar fuentes familiarizadas con el asunto.
Autoridades chinas están revisando unos análisis sobre el yuan que fueron preparados por el Gobierno, sostuvo la fuente, pero estos estudios no implican que los funcionarios vayan a concretar una devaluación, lo que requeriría la aprobación de los líderes del país, indicó Bloomberg.
Cualquiera sea la realidad, parece que tan solo con las declaraciones de altos líderes las acciones y las monedas tambalean.
Ideas y vueltas similares han ocurrido con el dólar: el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, dijo en enero que él estaba satisfecho con una moneda más débil, pero Trump sostuvo que él quería un dólar más fuerte, y luego Kudlow, en marzo, comentó que él desearía a la divisa "un poco más fuerte de lo que está actualmente". El dólar sufrió altibajos.
Pánico en las bolsas. "No sobrerreaccionen", dijo el principal asesor económico del presidente Donald Trump a los inversionistas cuando la semana pasada las acciones en los mercados estadounidenses caían con fuerza por preocupaciones sobre el plan del gobierno de fijar aranceles a bienes chinos por unos US$50.000 millones.
Wall Street pareció recobrar el ánimo ante las palabras de calma del director del Consejo Económico Nacional, Larry Kudlow, en una entrevista con la cadena Fox en su primera semana en el cargo y el mercado revirtió las bajas. El promedio industrial Dow Jones rebotó más de 700 puntos desde el mínimo del día.
Esa confianza pareció engañosa un día después, cuando Trump -aparentemente sin conocimiento de Kudlow- dijo que había ordenado aranceles adicionales por 100.000 millones de dólares sobre productos chinos.
Las acciones volvieron a precipitarse, con un desplome de unos 600 puntos en el Dow.
Esta no es la primera vez que operadores e inversionistas quedan atrapados en un giro de 180 grados en la política de Trump, pero Wall Street podría tener que tornarse más selectivo en términos de qué declaraciones, y de quién, va a oír.
"Normalmente hay mucha más cohesión en los mensajes entre la Casa Blanca y los mercados", dijo Nicholas Colas, cofundador de DataTrek Research. "Ciertamente está administración está tomando un enfoque totalmente diferente. Ha sido mucho más volátil tratar de entender qué quieren decirnos".
Como los cambios en la Casa Blanca ya ocurren regularmente, los inversores han tomado decisiones costosas basadas en las palabras de una puerta giratoria de asesores y funcionarios.
Peter Tuz, presidente de Chase Investment Counsel en Charlottesville, Virginia, dijo que había algo de "acción de policía bueno, policía malo" entre el presidente y sus asesores.
"Obviamente uno escucha a los dos y uno espera que eventualmente prevalezcan las cabezas más frías", dijo Tuz. "Hace que uno se siente sobre las manos un poco más y no tome ninguna decisión que pueda resultar perjudicial en caso de que estos aranceles realmente se apliquen".