A partir de marzo de 2015 la muestra recopila casi cincuenta obras de ambos pintores en los que se recoge la influencia de la vida estadounidense en sus mundos creativos.
De abril de 1932 a marzo de 1933 es para Diego Rivera y Frida Kahlo uno de los periodos más “tumultuosos” y “productivos” de su desarrollo artístico.
Fue el año que vivieron en Detroit, Estados Unidos, mientras Rivera trabajó para el Instituto de Artes de Detroit (DIA, por sus siglas en inglés) y que representó una redefinición de su estética.
Si bien en 1931 el muralista estuvo en San Francisco y en 1932 el Museo de Arte Moderno de Nueva York presentó su primera retrospectiva en el extranjero, la estancia en la ciudad industrial permitió a la pareja de pintores una reinterpretación de sus conceptos y estilos.
Más de cinco décadas después de la estancia de Rivera y Kahlo en esta ciudad –y luego de dos años de crisis económica que puso en riesgo de venta del mural–, el Instituto presenta la exposición “Diego y Frida en Detroit” que explora la influencia que dejó en los artistas su paso por la urbe estadounidense y, en general, por todo ese país.
A partir de dibujos preparatorios del mural “Detroit industry” y óleos de la época, además de los autorretratos de Kahlo, la propuesta curatorial es develar cómo el desarrollo económico, el ambiente industrial, la escena artística y circunstancias personales impregnaron el contenido de la obra de Rivera y Kahlo.
Del muralista se presentan 38 obras, de las que destacan los bocetos del mural que no se habían presentado en casi tres décadas y que, a la distancia, son un testimonio de su visión estética.
A la par, el recorrido intercala 26 obras de Kahlo, en su mayoría creadas en Detroit, que revelan la aparición de su estilo artístico muy personal.
El director de la exposición, Graham WJ Beal, explica que antes de llegar a Detroit, Kahlo imprimió en sus obras referentes del arte popular y la cultura indígena, pero es aquí donde empieza a retratarse como catarsis emocional.
Si bien luego de terminar el mural en Detroit, los artistas viajaron a Nueva York para trabajar en el Centro Rockefeller, la exposición enfatiza en la reinterpretación de su propia obra a partir de este año: “Cuando regresaron a casa, Rivera continuó pintando murales y reanudó su interés por retratar gente común y el patrimonio indígena mexicano. Kahlo se estableció en su propio estilo y continuó pintando autorretratos utilizando iconografía que desarrolló en Detroit”, subraya Beal.
“Diego y Frida en Detroit” se presenta desde el 15 de marzo al 12 de julio de 2015 en el Instituto de Artes de Detroit, Estados Unidos.