Lo hacen al disminuir las especies de Lactobacillus. Se investiga si existe una conexión el surgimiento del adenocarcinoma esofágico.
Una dieta rica en grasas, como la famosa “paleodieta” tiende a acabar con las bacterias beneficiosas, como los lactobacilus, y aumentando los niveles de "malas" bacterias. Y, en un caso específico ligado a especies de Fusobacterium, eventualmente podría incidir en la aparición de cáncer de esófago.
Así se desprende de una investigación realizada en la University of New South Wales, en Australia. El trabajo del equipo, publicado en Scientific Reports, encontró que una dieta rica en grasa afecta la microbiota en el esófago de las ratas.
El primer autor Dr. Nadeem Kaakoush dice que otras dos cosas interesantes fueron observadas: "La dieta rica en grasas disminuye los niveles de las especies de Lactobacillus, bien conocidas por ser beneficiosas y forman parte de diferentes probióticos". Lo anterior, "nos da la idea de que tal vez podemos contrarrestar a través de los probióticos los efectos de las dietas poco saludables y la obesidad en el esófago, ya que se conocen los factores de riesgo de enfermedad esofágica”.
"Otra observación interesante fue el aumento de las especies de Fusobacterium dado que se han asociado con diversas enfermedades", agrega. Fusobacterium se ha relacionado con una enfermedad oral como la periodontitis, así como la con la apendicitis, las enfermedades inflamatorias intestinales y, más recientemente, los cánceres colorrectales.
Ahora, el Dr. Kaakoush dice que tienen una razón para mirar más de cerca si también juegan un papel en el adenocarcinoma esofágico, y lo que se conoce como la "cascada" de condiciones que la preceden. La enfermedad de reflujo gastro-esofágico (ERGE) se produce cuando el ácido del estómago hace una copia de seguridad en el esófago, con el tiempo dañando las paredes del esófago.
Esto puede hacer que las células del esófago sean reemplazadas por células más parecidas a las células intestinales resistentes a los ácidos, una condición llamada esófago de Barrett.
Los cánceres del esófago son infrecuentes, ocurriendo en 1.300 personas en Australia cada año. Sin embargo, la incidencia de adenocarcinoma esofágico está aumentando.
El Dr. Kaakoush, un investigador del Instituto de Cáncer NSW Career Development Fellow, dice que su equipo ha comenzado a observar el microbioma en el esófago humano, en busca de estudiar más estas posibles conexiones.
Un estudio de Japón a finales de 2016 ya ha establecido que Fusobacterium en el esófago de los pacientes con cáncer de esófago se asocia con tiempos de supervivencia más cortos.
"Lo que nos interesa ahora es ver si aumentamos las especies de Lactobacillus en el esófago, si eso es beneficioso, y si aumentamos Fusobacterium en el esófago, ¿tiene consecuencias negativas?" él dice.
"La otra cosa es el daño al revestimiento del esófago, y si podemos conectar eso con la presencia de Fusobacterium, sería un indicador bastante bueno para decir que estas bacterias están involucradas en esta cascada". Y crear, entonces, un tratamiento para eliminarlas o reemplazarlas por bacterias beneficiosas.