Eduardo Gómez asegura que las nuevas tecnologías tendrán una evolución tal, que llegará el día donde habrá que humanizar estas herramientas y evitar que se apoderen del hombre.
En la última edición de "Hoy es Marketing", evento anual organizado por ESIC Business & Marketing School, distintos expertos plantearon sus puntos de vista respecto a los roles que el mundo empresarial debe tomar en la actualidad ante la trasformación digital.
Para ahondar en este tema, conversamos con Eduardo Gómez, director general de ESIC, quien nos entregó una visión global respecto de la conexión del hombre y la tecnología en esta Cuarta Revolución Industrial.
¿Cómo humanizar estas tecnologías? ¿Cuál es su relación con el liderazgo? Sus respuestas, a continuación:
-Según mencionas, las compañías se están tambaleando y a veces los líderes no tienen el criterio suficiente para la toma de decisiones. El paradigma está cambiando, ¿por qué?
Creo que fundamentalmente por tres cosas: primero, el contexto nos está afectando muchísimo en cuanto a que la disrupción digital y las nuevas tecnologías han llegado de una manera agresiva a todas las compañías. Después, la globalización y todo el contexto sociopolítico-económico que tiene sus complejidades y las estamos viendo a nivel mundial. Ese es un punto.
Otro punto que percibo respecto a este cambio paradigmático es el rol del consumidor. El consumidor ha cambiado, se ha empoderado, ha tomado las riendas en la toma de decisiones, está más informado y está afectando mucho porque se puede convertir en tu propio competidor.
Y tercero, la competencia. Los mapas competenciales que teníamos hace dos días, donde sabíamos quiénes eran nuestros competidores clásicos, también han desaparecido. Hoy compites contra todo el mundo, contra cualquier compañía.
El contexto, el consumidor y el cambio de la competencia están definiendo un escenario donde a veces no sabemos cómo acertar, porque hay variables externas como el contexto y variables en cuanto al consumidor y su rol donde el engagement es fundamental; y luego la otra parte que no depende de nosotros: quién es mi competencia, dónde han ido mis competidores.
-¿Qué relación existe actualmente entre las nuevas tecnologías y el liderazgo?
Las nuevas tecnologías y la llegada de esta transformación digital está afectando a procesos empresariales, a la tecnologización de los espacios, pero fundamentalmente a la cultura de las organizaciones. Entonces, cuando tocas el factor humano, la cultura, estás tocando el liderazgo, el estilo de mando, el estilo de organizar una estructura de una manera más flexible, más horizontal, más plana.
El líder es el primero que debe cambiar. Si este inicio de la transformación digital no empieza por el liderazgo, estamos muertos. Entonces, yo creo que la conexión entre el liderazgo y la tecnología es total.
-Dice que viene una explosión de inteligencia, que es el momento de volver al hombre. ¿A qué se refiere?
Son cosas que van de la mano. El cambio acaba de empezar. Dicen que en 2045 asistiremos a una singularidad tecnológica que vendrá acompañada de un mejoramiento del humano y esto tiene una afectación biológica. Hay gente que está hablando de la muerte de la muerte; una afectación nanotecnológica, en cuanto vamos a poder controlar la materia, el ADN y el genoma humano; y una afectación en cuanto a la robótica. Nos vamos a parecer más a la máquina y la máquina más al hombre.
Viendo este escenario, que la evolución no ha empezado todavía; viendo que incluso después de 2045 vendrá el momento donde el hombre haga su última creación, la máquina suprainteligente, que mejorará la inteligencia humana y creará incluso otras máquinas más inteligentes que la misma creadora... el número de interacciones, de comunicaciones y de datos, será infinito.
Cuando esta explosión llegue a todo el universo, tenemos que tomarnos muy en serio cuál es el papel del hombre y hacer una reflexión ética-moral para identificar si las nuevas tecnologías que vamos creando van acompañadas de un mejoramiento de la vida del hombre o no. Yo en esto soy optimisma, porque creo que el hombre debe vivir bien y cada vez mejor.
-¿Cómo humanizar estas tecnologías siendo que cada vez se apoderan más del hombre?
La formación en componentes éticos y humanistas es fundamental. Es decir, regresar a la pregunta qué es el hombre, qué es el ser humano, la ética, la antropología; profundizar nuestros temas desde las compañías es vital, para poder poner al hombre en el centro de todo. Y el hombre no es un medio, es un fin en sí mismo.
Creo que también es fundamental la formación en sí misma y valorar el componente ético de todos estos temas. Hay un trabajo muy importante, contribuir a madurar estas tecnologías, pero el tratamiento ético-moral y antropológico nos puede ayudar a humanizar todo esto. Aún así, tecnología yo creo que es humanidad.
-¿Qué habilidades considera que deben ser reforzadas en el liderazgo, especialmente en las empresas que están implementando la transformación digital?
Tenemos poco tiempo para hacer esto, por lo que deberíamos centrarnos en las habilidades que van a ser siempre nuestras y que ninguna máquina nos puede quitar. Es decir, la curiosidad insaciable, la improvización, el pensar fuera de la caja, el arte, la creatividad, la sensibilidad, el sentido de responsabilidad, la belleza, el pensamiento crítico, la capacidad de trascendernos a nosotros mismos.
Creo que estas habilidades hay que ponerlas encima de la mesa porque las demás pronto las harán por nosotros. Para qué vamos a perder el tiempo en aprender chino mandarín si en dos días vamos a tener un chip que nos traduzca automáticamente cualquier idioma. Centrémonos en esas habilidades blandas, en esas que han sido siempre nuestras y con las que podemos aportar un cambio cualitativo.
-Propone que hay que evaluar el liderazgo, tanto para nuevos como antiguos líderes. ¿Cómo?
Cuando digo que es el tiempo de los nuevos líderes, se puede entender mal y me pueden decir "qué pasa, ¿que los que estamos ya no servimos?". Y no va por ahí, porque yo confío que como vamos a vivir más años y como nos vamos a tardar más tiempo en jubilar, va a ver muchísimas generaciones que tendrán que convivir en la empresa, lo cual es otro reto distinto.
Entonces, esta diferencia generacional hace que tengamos que reinvertarnos todos cada mañana y que tengamos que cambiar de modelo personal. Por lo tanto, el liderazgo debe renovarse y cambiar, ¿por qué? Porque hemos pasado a un liderazgo más carismatico, donde era uno el que tenía la visión, el que animaba, el que impulsaba, y yo creo que esto se tiene que diluir y compartir y trasladar horizontalmente a toda la organización. Se deben crear espacios donde la gente pueda brillar, esto implica un liderazgo humilde donde yo no soy el iluminado ni tengo la verdad como presidente o CEO, ni la orientación de todo. Es aquel que tiene que ser capaz de unir, dejar que nazcan focos de excelencia, permitirse la ambigüedad organizativa.
El cambio paradigmático va también para humanizar el liderazgo. El líder humilde es el que por donde pasa crea bienestar.
-¿Cuáles son las próximas tendencias con respecto al liderazgo en la transformación digital?
La flexibilidad va a ser un tema fundamental como tendencia y dejar cabida a la ambigüedad. Creo que el liderazgo femenino va a ser fundamental, pero no solo entendido por el que poseen las féminas, sino también ese lado femenino de los hombres. Creo que esa parte femenina de todos va a ser una tendencia que no podemos olvidar. Otra que no podemos dejar de lado es el liderazgo sostenible, es decir, aquel liderazgo que es capaz de mantenerse en el tiempo, generar organizaciones que duren y perduren y también que generen desde esa sostenibilidad, un mundo mejor, que aporten valor y que tengan un propósito. Esas van a ser las principales tendencias.