El dispositivo se tragaría, con lo que podría administrar medicamentos directamente en la zona afectada del paciente.
Ana Rodríguez, Think Big. Uno de los problemas que aún tienen los medicamentos es su eficacia. No la que tiene que ver con su composición y diseño. Nos referimos más bien a la eficacia que está relacionada con el lugar donde deben actuar. Hasta ahora ingerirlos o inocularlos han sido las formas más eficaces de obtener los resultados. Sin embargo, esto está a punto de cambiar.
Investigadores de Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) están probando un nuevo desarrollo que, de ponerse en práctica, tendría grandes aplicaciones. Conocido como Robot Origami, por su capacidad para plegarse, este artilugio tendrá la capacidad de curar heridas, administrar medicamentos directamente en la zona afectada o quitar cuerpos extraños. Según sus inventores, será esencial para los tratamientos para cuando los niños tragan algo que puede ser perjudicial para su salud y que una cirugía podría arreglar pero de forma invasiva. De momento sólo se está probando para que “opere” en el estómago, ya que la forma de que llegue hasta ese lugar sería la ingesta. Pero, ¿quién sabe qué utilidad tendrá de aquí a unos años?
El paciente sólo tendrá que tragar una pequeña cápsula. Al llegar al estómago esta se derrite, como si fuese hielo, y el pequeño robot “nace” y empieza a trabajar manejado desde fuera a través de pequeños campos magnéticos que le hacen deslizarse por las paredes del estómago. Una vez finalizada su tarea, este robot se disuelve y desaparece para siempre.
De momento, está en fase de investigación pero los primeros resultados en estómagos de silicona están dando buenos datos. Y, aunque la fase de experimentos en humanos y animales está lejana, ya apunta de una forma prometedora.
Para encontrar el mejor material con el que fabricar el robot, los investigadores recurrieron al papel de arroz y de azucar, al hidrogel y a cualquier material biodegradable y ya testado para la ingesta. La clave estaba en el cerdo. Las envolturas que se emplean para la fabricación de embutidos han resultado ser las más indicadas para este robot por adaptarme mejor al plegado y desplegado de su cuerpo.