Nueva tecnología y la colaboración entre expertos llevarán esos recursos a la mayoría de la población.
Aura Hernández para Excelsior. Hace casi 40 años era imposible pensar que series de televisión como La Mujer Biónica, donde la protagonista fue dotada con un oído mejorado y tanto un brazo como ambas piernas artificiales, pudieran convertirse en realidad.
Lo cierto es que muchas veces la ficción es superada por el ingenio humano y Hugh Herr, quien es profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts Media Lab, confía en que la humanidad tardará cerca de tres décadas en eliminar todo tipo de discapacidades gracias al desarrollo de dispositivos biónicos y otras soluciones que lleven la tecnología dentro del cuerpo.
Actualmente existen este tipo de dispositivos para la industria médica que incluyen desde brazos, piernas y manos hasta dedos que, de acuerdo con la consultora MarketsandMarkets, representarán un mercado cuyo valor alcanzará 17 mil millones de dólares para el año 2017.
Éstos pueden utilizarse en casos como la pérdida de una extremidad, de algún sentido, como el oído o la vista, y también hay investigaciones para casos más severos como paraplejía.
En entrevista con Excélsior, Herr consideró que estos equipos todavía pueden mejorarse hasta el punto de sentirse como una verdadera extremidad.
“Existen ya algunos implantes que usan los impulsos eléctricos que llegan a los músculos remanentes del área amputada, pero yo creo que tenemos que ir dentro del cuerpo para mejorar su funcionamiento”, explicó.
Muestra de ello es su dispositivo llamado Rhoe Knee, una prótesis que combina la biomecánica con el control neuronal, así como sus nuevas investigaciones para conectar directamente los nervios con módulos eléctricos que manejen naturalmente la extremidad artificial.
De hecho, el también fundador de BionX Medical Technologies, prueba sus dispositivos en sí mismo porque hace algunos años perdió ambas piernas desde debajo de la rodilla tras casi congelarse en una ventisca.
El reto
Herr aceptó que eliminar las discapacidades utilizando estos dispositivos tardará tiempo, sobre todo porque no todos los países cuentan con la atención médica para instalarlos y porque se trata de equipos todavía muy caros para la mayor parte de la población.
“Afortunadamente estamos en una nueva era que se caracteriza por el uso de código abierto y la fácil comunicación entre los diseñadores, con esto se crean comunidades que pueden modificar los diseños ya hechos, encontrar nuevas soluciones y hacer que algo muy caro se vuelva accesible”, confió.
Asimismo, consideró que otra acción que podría ayudar a reducir los precios y llevar estas soluciones es crear nuevos modelos de distribución, es decir, instalar fábricas en puntos estratégicos y en donde se tenga mano de obra calificada.
A lo que se añadirán nuevas tecnologías de fabricación como la impresión en tercera dimensión, que actualmente está reduciendo el costo de brazos o piernas artificiales.
Y el futuro
Herr considera que se generará ademas un mercado dedicado a mejorar la resistencia del cuerpo humano, aunque éste se encuentre sano. Por ejemplo, dispositivos colocados en las piernas harán que las personas no se cansen al caminar o correr, mientras que otros querrán mejorar su vista u oído, el sentido de la vista o poder cargar más.