Jean Paul Azaro, director de ADIMECH.
En el mundo corporativo, el anglicismo “Compliance” hace referencia al cumplimiento normativo, en otras palabras, a los sistemas o mecanismos que tienen las compañías para monitorear sus controles internos y de esa manera autodetectar potenciales infracciones. En los últimos años, la aplicación de conceptos como Compliance, autorregulación y ética en las empresas del sector salud y su relación con otros actores de dicho sector, se ha tornado especialmente relevante, con el fin de evitar prácticas que pudieran influenciar y direccionar la prescripción o utilización de determinados productos o servicios, lo que se ve finalmente en los denominados “Códigos de Conducta”.
La Asociación de Dispositivos Médicos de Chile (ADIMECH), entidad gremial que reúne a las empresas más innovadoras del sector, en 2019 lanzó su Código de Conducta y Ética con el fin de regular, entre otras, las interacciones entre las compañías socias y los profesionales de la salud, de manera tal de cumplir con los más altos estándares éticos y de transparencia, manteniendo un apego estricto a las disposiciones legales y reglamentarias. Entre algunos de los aspectos que regula el Código de ADIMECH, se encuentran desde la educación sobre productos y tecnologías médicas, apoyo en conferencias educativas, reuniones comerciales y científicas, becas de investigación, hasta la prohibición de regalos y organizar actividades de recreación y esparcimiento a terceros.
En plena pandemia a causa del Covid-19, el tema ético ha adquirido especial relevancia para la industria de dispositivos médicos, cuyo rol ha sido y sigue siendo fundamental en la atención de pacientes graves de coronavirus. En una industria que en nuestro país aún no está legalmente regulada en su totalidad, surgen los mecanismos de autorregulación como elementos fundamentales para tener interacciones, a todo nivel, de una manera correcta y dentro de un marco ético.
De este modo, las empresas que pertenecen (o quieren pertenecer) a ADIMECH, además de contar con un Código de Conducta propio, deben adherirse al de la asociación, siempre se aplicará la norma más estricta entre los distintos códigos con el objeto de elevar el estándar ético de la industria. En este sentido, es fundamental la capacitación y comunicación de este Código de Conducta y Ética no solo entre los colaboradores de las empresas socias, sino que también entre los profesionales de la salud que interactúan constantemente con la oferta de nuestras soluciones tecnológicas para beneficiar la salud de los pacientes.
A modo de ejemplo, y a diferencia de la industria farmacéutica, la de dispositivos médicos presta asesoría clínica y técnica permanente para capacitar a los profesionales de la salud en su uso y para apoyarlos en caso de algún desperfecto. Y es precisamente en este tipo de interacciones en que se hace indispensable que, tanto los trabajadores de las compañías que pertenecen a la industria de dispositivos médicos, así como los profesionales de la salud a los que asisten, tengan un actuar ético y transparente, lo que se consigue a través de la educación y capacitación del Código de Conducta y Ética para tomar la decisión éticamente correcta para sus pacientes. Con ello, ambas partes pueden estar seguras que estarán haciendo lo correcto, y no hay mayor tranquilidad que eso.