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Divulgación de resultados de ensayos clínicos
Lunes, Mayo 29, 2017 - 10:18

Por Raymundo Canales de la Fuente, para Excélsior.

Hace unos días apareció en la página de la Organización Mundial de la Salud un compromiso firmado por diversos actores de la investigación médica, centrado en divulgar de manera pública y abierta los resultados de ensayos clínicos, es decir, de investigación médica que pueda convertirse en beneficio por algún tratamiento novedoso. El compromiso es especialmente valioso porque va a contrapelo de los intereses industriales que tienden a proteger, mediante patentes, los hallazgos de la investigación clínica para obtener utilidades.

Por supuesto existen quienes piensan que la salud no debería ser un tema “explotable” financieramente, pero en un mundo de libre mercado con economías globalizadas, este corte de pensamiento resulta francamente utópico; más bien, lo que parece razonable es una postura intermedia que admita las ganancias, pero de forma mesurada y tomando en cuenta el interés público.

Las instituciones que ahora firman el pacto frente a la OMS son muchas, a saber, el Consejo de Investigaciones Médicas de la India, el Consejo de Investigación de Noruega, el Consejo de Investigaciones Médicas del Reino Unido, Médecins Sans Frontières y Epicentre (su centro de investigación), la organización PATH, la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Epidemias, el Instituto Pasteur de Paris, la Fundación Bill y Melinda Gates y el Wellcome Trust.

Son centros de investigación y organizaciones de muy reconocido prestigio y financiadoras de proyectos sanitarios, así que por lo menos los resultados de este grupo serán públicos y abiertos en cuanto se describan.

Ojalá que algún día los políticos ponderaran el valor de ejercer presión sobre el resto de la industria farmacéutica, para que, sin dejar de hacer negocio y obtener ganancias, hicieran algo similar con el objetivo de beneficiar a las enormes masas de gente pobre que día con día crece a lo largo y ancho del orbe, y finalmente carece de los recursos para comprarles sus productos. Mi deseo parece un absurdo sueño, pero no debería ser así. Como sociedad debemos estar comprometidos con la perspectiva de los derechos humanos que contempla, por supuesto, el derecho a la salud como uno de sus principales objetivos.

No tengo idea acerca de los derroteros que tomará la política nacional (México), pero en salud la agenda es clara e insoslayable, y necesariamente pasa por el fomento real a la investigación básica y clínica, con sentido por supuesto social, especialmente en este país con una pobreza generalizada; la modificación de las reglas para el fomento de dicha investigación, y aquí menciono un tema que ya he abordado en relación con el funcionamiento de los Institutos Nacionales de Salud, que urge modificar, y la articulación de una estrategia inteligente y centrada para tratar con la industria.

Estos principios, además del análisis con la cabeza fría, de forma centrada y ordenada respecto de los alimentos y bebidas endulzadas, son temas torales que tendrán que abordar los futuros gobernantes y ofrecernos soluciones razonadas y razonables. Ya veremos.

Autores

Raymundo Canales de la Fuente