Conocido por vender cuadros a Leonardo Di Caprio y Johnny Depp, o por aparecer en la prensa rosa con Sofía Vergara, Eva Longoria o Lindsay Lohan, Domingo Zapata también es un artista genial de progresión uniformemente acelerada y sin techo profesional. Pronto aportará un rayo de esperanza a la Gran Manzana con un gigantesco mural.
Domingo Zapata emigró a Nueva York a los 17 años, sin dinero y con un saco de sueños, como le gusta decir. En 2013 tuvo una exitosa participación en la 55 Bienal de Venecia; en julio pasado logró colocar un cuadro de Cristo Crucificado en la Catedral de su natal Palma de Mallorca (Islas Baleares, España); y en septiembre acaba de triunfar en México, en su primera incursión en América Latina.
Conocido por vender cuadros a Leonardo Di Caprio y Johnny Depp, o por aparecer en la prensa rosa con Sofía Vergara, Eva Longoria o Lindsay Lohan, Domingo Zapata también es un artista genial de progresión uniformemente acelerada y sin techo profesional.
Sin embargo, su mente sigue puesta en la Gran Manzana, a la que debe todo y a la que pronto aportará un rayo de esperanza con un gigantesco mural, confeccionado con retazos de todos los estados de Estado Unidos, para dar la bienvenida a los visitantes y trabajadores de la Torre de la Libertad.
En México, por la puerta grande
Con una sonrisa perenne, tez tostada, abundante cabellera, barba, tatuajes, camisa holgada y coloridas zapatillas de baloncesto, Zapata recibe a la prensa en unas oficinas del selecto barrio de Polanco de la capital mexicana convertidas en improvisada sala de exhibición. Allí acaba de vender prácticamente toda la obra que compone su exposición en México, bautizada con el sugerente título de Matador y que la conforman catorce cuadros y dos esculturas.
- ¿A qué se debe tu llegada a México y cómo ha sido tu experiencia aquí?
- Hacía mucho tiempo que quería hacer esto, a través de los amigos de Gallo Gallina -el grupo artístico que lo trae, en el que se encuentra uno de los hijos del expresidente mexicano Ernesto Zedillo- por lo que llevo años intentando encontrar el tiempo y finalmente surgió. Ha sido una experiencia muy bonita, estoy muy feliz de estar aquí.
- ¿Qué colección has traído a México?
- Cuando pensé en hacer algo aquí quería buscar una serie que tuviese algo que ver conmigo y con mi heritage (herencia), mi pasado y, a la vez, que estuviese vinculado con México. Por eso me decidí a hacer una serie taurina. Además, como soy gran aficionado a Picasso, es un homenaje. Los colores que elegí son colores muy españoles, muy mexicanos. Ha funcionado perfectamente. La gente estaba muy feliz.
- ¿Cuántas obras has traído?
- Traje catorce cuadros y dos esculturas, creo que hemos vendido casi todo. Hablé con los chicos de la galería y prácticamente estaba todo sold out. Tendré que volver.
- ¿Cuál es el precio de tu obra?
- Entre US$70.000 y US$150.000 los cuadros. Las esculturas creo que eran US$50.000.
- México es tu primera vez en América Latina...
- Es la primera vez. Lo quería hacer en México. Siempre he tenido un cariño especial a este país. Me encanta la cultura, me encanta Diego Ribera, siento un gran respeto por este artista. Me encantan los colores, la comida, la gente, la música. A pesar de que no he visitado México todo lo que me hubiese gustado, siempre tuve esa afinidad y ese amor por esta bella nación. Me habían ofrecido hacer cosas en Sao Paulo, en muchos otros sitios, pero nunca encontré el momento y aquí me sentí muy cómodo y el grupo de Gallo Gallina me lo ha hecho tan fácil que estoy encantado.
Zapata confiesa también que la pintura en la muestra "Matador" fue ejecutada de manera "muy espontánea, con la mano muy ligera, sin prestar atención al detalle". Las dos esculturas que complementan los cuadros son dos "chaquetillas" usadas de torero, confeccionadas por el especialista Justo Algaba y "reinventadas" a brochazos, relata el pintor.
"Tengo un mercado interesante"
No es la primera vez que este creador con apellido de revolucionario mexicano pero marcado acento español retrata el mundo de los toros. Sus obras anteriores sobre esta temática son las preferidas del actor estadounidense Johnny Depp, que llegó a él tras ver sus cuadros en el despacho de su compatriota y colega Leonardo Di Caprio.
- En un mundo globalizado me imagino que tienes compradores de tu obra de todas partes...
- Haces una pintura y piensas dónde va a acabar... No lo sé. El otro día conocí a alguien que me dijo tengo tu pintura en mi dormitorio, ¿dónde?, en Courchevel, en Suiza. ¿Y dónde compraste el cuadro? Lo compró en Londres. Nunca sabes dónde acaba la obra cuando la pintas.
- Entiendo que entre los compradores hay gente bastante famosa
- Tengo un mercado interesante...
- ¿Podemos saber quiénes?
- Me ha comprado obra muchísima gente del cine. Es muy importante para mí sentir el reconocimiento de otros artistas, de otro tipo de arte, y que les guste lo que haces y les dé motivación o inspiración.
Cuando el entrevistador insiste sobre los nombres de los famosos, Zapata se incomoda. Cuentan que Di Caprio tiene las obras del pintor mallorquín en su despacho y que Johnny Depp fue a una exposición suya después de permanecer diez años alejado de las galerías artísticas y le compró un buen número de cuadros.
- Háblanos de tu carrera en Estados Unidos. Allí te formaste y allí te quedaste, ¿no?
- Aunque mi vocación como artista viene desde que era niño y mi pasado en mi querida Mallorca y en España, que adoro, fueron una gran influencia en mi trabajo, en Nueva York está mi vida, mi estudio.
- ¿Por qué crees que funcionó la química con Estados Unidos?
- Allí es donde me quedé. Es una ciudad llena de sensaciones, de inspiración y oportunidad. Llegué a Nueva York sin un duro y un saco de sueños y la ciudad me ha dado todo. Desde mis dos hijos hasta mi carrera profesional. Por eso le debo mucho.
Participo en muchos programas, sobre todo de arte para llegar a niños y participo en acciones sociales para poder devolver todo lo que me han dado.
- El mercado estadounidense es muy amplio y da muchas oportunidades pero también muy competitivo. ¿Cómo hace un artista para destacar en Nueva York?
R. No lo sé. Al final las cosas pasan. Siempre soñé con esto y trabajé muy duro, sigo trabajando muy duro, centrado en mi trabajo, en mi carrera, en poder expresarme de la manera que quiero. No sé, (las claves son ) mucho trabajo, y un poquito de suerte, y que la gente te quiera y te ayude y te ponga allí para poder demostrar lo que tienes dentro.
No tan profeta en su tierra
La conversación prosigue sobre diversos temas, pero irremediablemente vuelve a la Gran Manzana y los planes de futuro de Zapata.
- ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
- Acabo de terminar una de las obras que va en Freedom Tower (La Torre de la Libertad), que también para mí es un proyecto de mucha relevancia. Habiendo vivido en Nueva York durante el 11-S es muy importante haber hecho esta obra. Es una de las obras que va en el lobby del nuevo edificio. Para mí fue también un gran orgullo y un trabajo muy difícil y muy interesante. Ya está terminado.
- Debe ser difícil hacer obras sobre algo con tanto simbolismo y tan polémico.
- Lo que hice fue una bandera americana de un collage de materiales de los cincuenta estados de Estados Unidos y las estrellas son de acero pulido. Cuando entras y ves la obra te reflejas en ella y eres parte de la obra. Quería hacer un homenaje a Estados Unidos y a la unión, tanto de la ciudad, como del país, como del mundo entero después de lo que pasó. Fue tan trágico , pero a la vez quería hacer una obra que diese esperanza a la gente que entra cada día y va a trabajar en este nuevo edificio. Hay que tener un balance entre respeto y futuro de los demás.
Zapata confiesa que llegó al proyecto de la Torre de la Libertad porque una de las familias dueñas del edificio es coleccionista de su obra, pero también en España, donde no es tan conocido, tiene su público.
- ¿Crees que en España tiene suficiente reconocimiento tu obra?
- Todo es muy relativo porque ¿qué es reconocimiento, fama o que la gente compre tu obra? En España hay mucha gente que ha adquirido obra mía. Acabo de presentar un cuadro de la crucifixión de Cristo en la Catedral de Palma. Más reconocimiento que la catedral que es mi colector (comprador) con más durabilidad Hice un Cristo en grafiti, que tiene casi cinco metros de alto. Es una pieza maravillosa que además queda muy bien allí.
El obispo apostó por ello. Creo que hay que acercar a la gente joven a la religión. La Iglesia siempre ha sido una referencia del arte. Hay que hacer arte contemporáneo para la gente contemporánea. Lo que no puedes hacer es que un Tintoretto pueda representar a Cristo ante un chaval de diecisiete años que, a lo mejor, está en una zona conflictiva y que viene a la Iglesia buscando ayudas o respuestas.
- ¿Qué te parece la obra de Barceló?
- Me encanta. Es un maestro. Lo admiro y respeto muchísimo. Pero cada uno va por su camino. Pero sí, Barceló es uno de los grandes.
- ¿Dónde te gustaría exponer?
- Mi lugar favorito en el mundo es el Museo Metropolitano de Nueva York. ¡Ojalá pudiese vivir aquí, póngame una cama! (asegura entre risas que le diría a los responsables del famoso recinto artístico). Sería algo maravilloso para mí. Pero con tiempo .
* Reportaje EFE