El animador chileno Mario Kreutzberger conduce uno de los programas más populares de la televisión iberoamericana. Tiene un Récord Guinness, le han pedido ser candidato presidencial y organiza campañas de beneficencia.
No una ni dos, sino tres veces lo intentó Mario Kreutzberger Blumenfeld antes de comenzar a escribir el capítulo más glorioso de su carrera y forjar su mito en la historia de la televisión chilena. Corría 1962 y este joven de 22 años ya tenía dos fracasos en el cuerpo con “Show dominical”, un programa de variedades de escasa repercusión. Le dijeron que no tenía futuro y lo criticaron por burlarse de los concursantes. Pero Kreutzberger, hijo de inmigrantes judío-alemanes que llegaron a Chile escapando del régimen nazi, dio un giro a su programa, lo cambió al sábado, se puso el apodo de “Don Francisco” y el 8 de agosto salió al aire otra vez. Desde entonces sigue en él y por eso tiene un Récord Guinness por conducir el programa de variedades más antiguo del mundo. Y se puso al frente de la Teletón a fines de los 70 en Chile, para ayudar a los discapacitados.
Hablar de Don Francisco en Chile es hablar de una leyenda viviente. Su figura forma parte del imaginario local, sus frases (“¡Que venga la modelo!”, “¡Y… fuera!”, “¿Dispara usted o disparo yo?”) se han mimetizado con el metalenguaje chileno y muchas de sus bromas son parte del habla cotidiana.
Quizás fue en diciembre de 1978 cuando Don Francisco traspasó lo meramente televisivo para convertirse en un ícono. Ese mes se realizó la primera Teletón, una campaña organizada por él para ayudar a la Sociedad Proayuda al Niño Lisiado. Desde entonces, y hasta la actualidad, esa cadena televisiva une al país una vez al año en torno a una causa que ha significado, a la fecha, la rehabilitación gratuita de miles de niños.
Es difícil medir la importancia de la Teletón no solo a nivel de salud pública, sino incluso como razón de unidad nacional. Es más sencillo hacerse una idea de la importancia de Don Francisco para la televisión chilena. En los setenta y en los ochenta, en plena dictadura de Augusto Pinochet, el país se paralizaba cada sábado para ver los concursos, segmentos de humor y secciones de “Sábados gigantes”.
Canal 13 es la señal televisiva que tiene a Kreutzberger como su principal animador hasta el día de hoy. Su último programa fue “Estamos invitados”, un estelar nocturno donde Don Francisco daba rienda suelta a su reconocida condición de entretenedor y entrevistador.
Público latinoamericano
“Sábados gigantes” tuvo tal éxito en Chile que llegó a estar más de siete horas continuas al aire, dominando la sintonía casi sin contrapesos. Televisión Nacional de Chile, la competencia directa de Canal 13 en esos años, invirtió en 1988 enormes cifras de dinero para crear un programa que destronara a Don Francisco. Lo animó la conocida Miss Universo Cecilia Bolocco y se contrató a grandes artistas. Pero nadie podía contra el acorazado Kreutzberger, cuyo programa comenzó a ser transmitido en Estados Unidos en 1986.
Seis años después, en 1992, Don Francisco dejaría de producir su programa en Chile para llevárselo íntegramente a Miami, donde Univisión se encargaría de transmitirlo a más de 40 países en el mundo con el nombre de “Sábado gigante Internacional”.
Don Francisco es particularmente conocido por el público latinoamericano que vive en Estados Unidos y en Centroamérica. Su show reviste tal importancia que ha servido de plataforma para divulgar políticas del gobierno estadounidense y para dar a conocer iniciativas que favorecen a los inmigrantes.
Asimismo, Don Francisco ha podido entrevistar a Barack Obama, a John Kerry y George W. Bush cuando ambos disputaban la presidencia de Estados Unidos en 2004. La agencia AP dijo entonces que “las entrevistas a Bush y Kerry son muy importantes para captar el voto de los cerca de siete millones de latinos que participarán en la elección”.
Nadie le dice que no
Don Francisco ha editado discos (“El bailongo” y “Pachi pachi” son canciones interpretadas por él) y escrito dos autobiografías: “¿Quién soy?” y “Entre la espada y la TV”. Es rostro de varias compañías, abrió un restaurante en el centro de Santiago (“Estudio gigante”, que cerró al poco tiempo) y ha sido carne de diversas acusaciones, nunca probadas, de acoso sexual y paternidad no reconocida.
Incluso le han pedido ser candidato a la presidencia de Chile, solicitudes que él siempre ha rechazado. Kreutzberger se ha esforzado por mantener una neutralidad política que lo deje al margen de temas que dividen al país. Él prefiere dedicarse a la solidaridad no solo con la Teletón, sino también organizando campañas cada vez que una catástrofe natural azota a Chile.
Para el terremoto de 1985 en la zona central del país, Don Francisco se encargó de una campaña de recolección de ayuda llamada “Chile ayuda a Chile”. Para el aluvión de 1991 en la ciudad de Antofagasta, en el norte del país, se repitió la escena, así como en 2010, con el terremoto 8.8 que azotó al país sudamericano. Y si bien él prefiere estar alejado de la política, para las elecciones presidenciales todos los candidatos van a sus programas a someterse al cuestionario de Don Francisco. Nadie le dice que no al hombre que más horas al aire tiene en la televisión chilena.