Por Anabel Hernández, para Deutsche Welle.
En agosto pasado, en un motel en Queens, Nueva York, se encontró el cuerpo sin vida de Andrea Zamperoni, chef italiano del famoso restaurante Cipriani Dolci, localizado en la estación Grand Central Terminal de esa ciudad. Murió por una sobredosis de fentanilo. Fue hasta entonces que la crisis de consumo de este opioide, que azota desde el 2014 a Estados Unidos, llamó la atención en Italia.
Según el Informe Mundial sobre las Drogas, publicado este año por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el consumo del fentanilo y su capacidad mortífera debería encender la alerta en toda Europa.
Se habla mucho del peligro que significan las organizaciones criminales como los carteles de la droga mexicanos, que trafican drogas ilegales a todo el mundo, dañando la salud de millones de personas. Heroína, cocaína, marihuana, y metanfetaminas han sido el blanco de la alerta roja.
Pero en Estados Unidos, al menos desde 2016, las drogas que más se consumen y causan más muertes por sobredosis no son las traficadas ilegalmente, sino las drogas de prescripción controlada que se producen y distribuyen legalmente en Estados Unidos, y que se venden en farmacias establecidas con recetas médicas de doctores reales. Una de las más difundidas es el analgésico opioide fentanilo, recetado como tratamiento en casos de dolor intenso. También la oxicodona y la hidrocodona.
En el reporte "Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas” de 2016, publicado por la agencia antidrogas del gobierno de Estados Unidos (DEA por sus siglas en ingles) se indica que, de las 129 personas que murieron diariamente por sobredosis de droga en 2014, 52 murieron por el consumo de analgésicos de prescripción controlada. Es decir, el 40 por ciento, equivalente a 18 mil 980 personas en 2014.
En el mismo informe publicado en 2018, la DEA sostiene que en 2016, de las 172 personas que murieron diariamente por sobredosis de drogas, 116 murieron por el consumo de medicamentos de prescripción médica, facilitados principalmente por un familiar o amigo. Es decir, el 67 por ciento, lo que equivale a más de 42 mil personas.
LA DEA detectó que la mayor parte de los individuos que obtuvieron injustificadamente esos analgésicos, argumentaron dolor físico para obtenerlas. En la práctica cotidiana, muchos médicos en Estados Unidos abusan al prescribir analgésicos opioides, como el fentanilo, que prescriben hasta en casos de dolor de muelas infantil.
Las drogas de prescripción controlada ocupan el segundo lugar de las drogas consumidas en Estados Unidos. La más consumida es la marihuana. Dieciocho millones de personas en EE.UU. mayores de 12 años usan abusivamente dichas drogas.
El consumo del fentanilo es tan amplio en Estados Unidos y genera tantas ganancias a las empresas legales que lo producen, distribuyen y venden, que los carteles de la droga mexicanos ahora están vendiendo fentanilo producido ilegalmente para quedarse con una parte del mercado. Disfrazan sus presentaciones y empaques para hacerlos parecerse a las drogas producidas por las farmacéuticas, que son ‘legítimas'. Para aumentar su potencia y la adicción, las organizaciones criminales mezclan el fentanilo con heroína, en su gran mayoría, cocaína y en menor grado con metanfetaminas, haciendo su consumo aún más peligroso (Reporte Drug Threats in the United States: 2019 Update). El fentanilo ilegal que llega a Norteamérica es producido en China y México.
Ahora la alerta sobre el consumo de estas drogas opioides sintéticas, que se producen y venden legal e ilegalmente en Estados Unidos, se ha extendido a Europa. De acuerdo al académico experto en la organización de crimen organizado italiana Ndrangheta, Antonio Nicasio, así como autoridades judiciales de Italia, desde 2017 la Ndrangheta ha comenzado a incursionar en el tráfico y venta de fentanilo en Europa proveniente de Canadá. Así lo indica un artículo que publicó el periódico La Stampa el 9 de septiembre pasado.
"En Europa el dolor crónico afecta a uno de cada cinco adultos”, señaló el diario, refiriéndose al potencial mercado de productos como el fentanilo. "En Italia, en los últimos 10 años, la prescripción de opioides como fentanilo ha aumentado 4 veces”.
"Los opioides sintéticos siguen representando una grave amenaza para la salud, en un contexto marcado por el número creciente de muertes por sobredosis en América del Norte y la expansión del tráfico de fentanilo y sus análogos en Europa”, advierte el Informe Mundial sobre las Drogas, publicado este año por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Señala que aunque en los medios de comunicación de Europa el tema no ha sido considerado hasta ahora alarmante para el viejo continente, "se requiere atención internacional urgente”.
El informe señala que, si bien el mercado de fentanilo en Europa aún es "pequeño”, hay indicadores preocupantes. Uno de ellos es el crecimiento de decomiso de esta sustancia en Europa Occidental y Central. Mientras que en 2013 se decomisó 1 kilogramo, en tan solo 4 años la cantidad de fentanilo decomisado aumentó 17 veces.
Se calcula que a nivel internacional se decomisa solo el 10 por ciento de las drogas. Eso significa que si en 2017 se incautaron en Europa Occidental y Central 17 kilos de fentanilo, al menos se traficaron en el mercado de Europa Occidental y Central 170 kilos de fentanilo. Según el reporte de Naciones Unidas, "en el caso del fentanilo la mayor parte de la sustancia que se encuentra en el mercado ilícito procede de la fabricación lícita”.
Eso enciende una alerta que debería llevar no solo a controlar a las organizaciones criminales que ahora trafican ilegalmente el mortal fentanilo, sino a las empresas que lo producen en la ‘legalidad'.
En pocos días será publicada la "Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas” elaborado por la DEA. No solo en América sino también en Europa habría que dar seguimiento al nuevo diagnóstico.