Por Joaquín Varela, a bogado asociado en Flores Acevedo Abogados.
Cuando compramos un producto por internet, podemos verificar fácilmente su precio y principales características, además de comparar con otras alternativas antes de tomar una decisión. En el caso de la inversión en emprendimientos esto no es posible, ya que la información relevante muchas veces es confidencial o de difícil acceso (o inclusoúnica), por lo que realizar un proceso due diligence es una muy buena fórmula para conocer una empresa y su situación real.
¿Qué es un due diligence? Consiste en el estudio de uno o todos los aspectos de una empresa, operación o activo, con el objeto de detectar los eventuales riesgos o contingencias que pudiesen existir, y así determinar la conveniencia de la operación y su precio. Si lo pudiésemos comparar con algo más cotidiano y conocido, es como el estudio de títulos que se realiza cuando se pretende comprar un inmueble.
El due diligence puede abarcar muchos aspectos: legales, comerciales, financieros y tributarios, y es quien lo solicita el que determina su extensión y alcance, de manera que es hecho a medida de los intereses del solicitante, para así determinar si existen riesgos que pudiesen perjudicar la inversión o compra.
Al invertir en un emprendimiento, es importante revisar y comprobar que todos los elementos que resultan fundamental para la operación de la empresa, se encuentren efectivamente incorporados en el patrimonio de la misma. Esto incluye revisar la escritura de constitución y las escrituras de modificaciones de la sociedad, los diversos elementos de su gobierno corporativo, los acuerdos que regulen la relación entre los socios (ej. Pactos de Accionistas), vestings, planes de opción, así como también los activos de la empresa, tanto tangibles como intangibles, contratos con clientes, proveedores, colaboradores, socios, licencias, marcas, derechos de propiedad intelectual e industrial, y los pasivos de la empresa, tanto de corto como de largo plazo.
Por otro lado, constituye una herramienta muy importante para los propios dueños de la empresa, toda vez que hacer su propio due diligence les permite tener todo organizado para hacer más expeditas futuras inversiones e incluso evitar que éstas no se concreten debido a contingencias no detectadas en su momento y que constituyen un “deal breaker” para el inversionista o comprador. En definitiva, permiten verificar que no existan contingencias que puedan afectar una eventual inversión o adquisición, o que puedan afectar económicamente a la empresa.