Por Geraldo Malincovich, Application Engineering Manager Latin America SKF.
La economía del Perú ha experimentado una contracción de 12% en 2020. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), las expectativas de recuperación se mantienen en promedio solo 4,1% bajo la nueva cuarentena. En este contexto, las industrias se han visto
afectadas y buscan una forma de hacerse sostenibles en el tiempo, dejando de lado al actual sistema lineal de “extraer, fabricar y desechar”, un modelo con poco futuro pues no está alineada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Según un informe de Ernst &Young, hasta 2030 unos 3.000 millones de consumidores se sumarán a la clase media, con lo que ejercerán una presión sin precedentes sobre unos recursos ambientales y naturales que ya están al límite. En este contexto, donde los precios de las materias primas son cada vez más volátiles y la producción de alimentos sufre los efectos del deterioro medioambiental, la economía circular toma fuerza y deja de verse como un concepto lejano.
Cada año son más las empresas que apuestan por crear una nueva unidad de innovación, que se enfoca en implementar un modelo sostenible. En vez de desechar los objetos que hayan dejado de funcionar o ya no sean necesarios, se reutilizan, refabrican o reciclan. De hecho, este proceso ya ha empezado.
Empresas como Renault ha creado una planta de remanufactura donde se repara cualquier producto usado y vende al 50-70% de su precio normal de venta. La planta genera ingresos anuales por más de 250 millones de euros, lo que es rentable. Por su parte, la empresa sueca SKF cuenta con una tecnología RecondOil que permite a las empresas industriales usar el aceite reiteradas veces, reduciendo el CO2 y costos hasta en 30%.
Según el Estudio CEO del Pacto Mundial de Naciones Unidas y Accenture Strategy sobre sostenibilidad, realizado en 2019, aunque los CEOs consideran que la sostenibilidad ofrece una ventaja competitiva y perciben esferas de progreso, reconocen que la comunidad empresarial debería esforzarse aún más para conseguir una economía global sostenible antes de 2030.
Finalmente, implantar la economía circular supondrá la mayor reorganización de los últimos 250 años en nuestra forma de producir y consumir. Además, habrá que impedir fugas en las cadenas de suministro, de modo que los recursos naturales se reutilicen o se reciclen, pero esto también supondrá nuevas oportunidades de negocios de reciclaje y empleo.