El crecimiento para el 2011 se redujo a un rango de 3,8-4,8% desde una estimación previa de 4-5%, mientras que el de 2012 se redujo a 3,5-4,5%, contra un previo de 3,8-4,8%, dijo la entidad en su informe trimestral de inflación divulgado el miércoles.
Ciudad de México. El banco central de México redujo sus proyecciones para el crecimiento económico del país en 2011 y 2012 ante el "complejo" panorama de Estados Unidos y Europa, mientras espera una trayectoria benigna de la inflación.
El crecimiento para el 2011 se redujo a un rango de 3,8-4,8% desde una estimación previa de 4-5%, mientras que el de 2012 se redujo a 3,5-4,5%, contra un previo de 3,8-4,8%, dijo la entidad en su informe trimestral de inflación divulgado el miércoles.
"Si bien no se anticipa que la economía de Estados Unidos entre a una recesión sí es posible que, de hecho lo que se está anticipando es que crezca menos tanto este año como el año subsecuente", dijo el jefe del banco, Agustín Carstens.
"Esto, sin duda, tendrá un impacto sobre el crecimiento económico nacional", agregó el banquero central en la presentación del informe a la prensa.
México es altamente dependiente de la economía de Estados Unidos, su principal socio comercial, que actualmente atraviesa serios problemas con su deuda.
Algunos países de Europa también están enfrentando "complejos" problemas relacionados con su deuda, lo que ha deteriorado el panorama de la economía mundial, según el jefe de la entidad, autónoma del gobierno.
Minutos después, el secretario de Hacienda, Ernesto Codero, dijo a la radio local que el Gobierno estaría revisando su pronóstico de crecimiento económico del 4,3% para este año, pero no dio más detalles.
En el informe, Carstens descartó que el país pueda caer de nuevo en recesión como la que sufrió en 2009, a causa de una menor demanda de productos desde Estados Unidos, que derivó en una caída del PIB del 6,1% ese año, la peor en 15 años.
"Sin duda no se anticipa un escenario en el cual entremos en un periodo recesionario en México", dijo.
Según las estimaciones de la entidad, la economía mexicana habría crecido 3% en el segundo trimestre a tasa interanual, frente a un 4,6% registrado en el periodo previo.
Panorama inflacionario benigno. Preocupaciones por la marcha de la economía de Estados Unidos y los problemas de deuda en la zona euro, sacudieron los mercados internacionales en los últimos días, y el peso mexicano resultó uno de los más vapuleados al pasar de las 11.80 unidades por dólar a las 12.70 en una semana.
Carstens indicó que la volatilidad financiera será limitada y resaltó que México cuenta con los fundamentos económicos suficientes para enfrentarla, apoyado en el libre régimen de flotación de la moneda que tiene el país desde hace años.
"El régimen cambiario de flotación le ha servido bien a México y ha funcionado bien", dijo. "Nosotros pensamos que lo que debe de anclar el valor de la moneda nacional no es la intervención del banco central, sino las fortalezas de nuestros fundamentos", indicó.
México ha fortalecido sus reservas internacionales, que rondan niveles récord de US$134.000 millones, y cuenta con una línea de crédito flexible abierta con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por US$72.000 millones, que Carstens dijo ve "sumamente remoto" utilizar.
El banco central mexicano destacó en la primera mitad del año como el principal comprador de oro entre los mercados emergentes, en un intento por diversificar sus reservas más allá de otras monedas referenciales como el dólar.
México adquirió este año US$5.300 millones, o 98 toneladas de oro, seguido por Rusia, que compró 48 toneladas, valoradas en US$2.600 millones a precios actuales.
Carstens sugirió que por ahora no veía necesarias más compras del preciado metal.
"La necesidad que tenemos que hacer en el ajuste de nuestro portafolio ya se dio, por el momento nos encontramos con una mezcla adecuada en nuestra reserva internacional", dijo.
La reducción en la marcha de la economía ha mantenido al margen presiones inflacionarias, por lo que la entidad conservó su expectativa de que la inflación estará en línea con su meta del 3 por ciento +/- un punto porcentual en 2011 y 2012.
De hecho, para la referencial inflación subyacente -vista como un indicador más fiel de la trayectoria de los precios-, el banco espera se ubique debajo de un 3 por ciento en buena parte de 2012.
"Tanto para este año como para el 2012, continuamos esperando que la trayectoria de inflación sea congruente con la meta permanente", dijo Carstens. "Actualmente no se observan presiones generalizadas sobre los precios de los principales insumos ni sobre las cuentas externas del país", agregó.