El número de nuevas infecciones de coronavirus en China -donde se originó la epidemia- fue superado por primera vez por los contagios nuevos aparecidos en otras partes del mundo este miércoles, lo que reactivó el temor a una pandemia.
Londres. La ola de ventas de las acciones se extendía el jueves tras perder más de US$3 billones en valor de mercado en apenas una semana, mientras los rendimientos de los bonos estadounidenses tocaban pisos históricos por la rápida propagación del coronavirus fuera de China que alentaba búsquedas de refugio.
El número de nuevas infecciones de coronavirus en China -donde se originó la epidemia- fue superado por primera vez por los contagios nuevos aparecidos en otras partes del mundo este miércoles, lo que reactivó el temor a una pandemia.
El índice referencial STOXX 600 abrió con una baja de 2,3% y el indicador de acciones favoritas de Italia se desplomaba. Decenas de compañías europeas han advertido ya de los posibles impactos en sus utilidades.
En Estados Unidos, Microsoft se convirtió en la segunda compañía de más de US$1 billón en valor de mercado en alertar sobre el efecto en sus resultados, luego de Apple. Sus papeles en la bolsa de Fráncfort cedían alrededor de 4%.
El índice global de acciones sufría su sexto día consecutivo de pérdidas, mientras que el "indicador del miedo" de Wall Street se acercaba a máximos no vistos desde fines del 2018.
El oro al contado sumaba 0,5% a US$1.649 la onza y la plata ganaba 1% a US$18,03 la onza. Los precios del lingote alcanzaron el lunes su mayor nivel en cerca de un año, a US$1.688 la onza.
En tanto, los rendimientos de los bonos a 10 años del Tesoro de Estados Unidos, que suelen caer a la inversa de los precios, cotizaban por debajo del 1,3% y la curva de la rentabilidad enviaba alertas de recesión.
Los mercados están incorporando la idea de que la Reserva Federal estadounidense efectivamente recortará sus tasas de interés el mes próximo y esperan, casi con seguridad, otra baja de los costos de endeudamiento en abril.
Los analistas han reducido además sus previsiones sobre el crecimiento global y el PIB de China, mientras que las autoridades de política monetaria de Asia, Europa y Estados Unidos comienzan a prepararse para una fuerte desaceleración económica.