La caída de la tasa impositiva a las corporaciones en 2018 a 21% desde 35% es vista como el factor principal para el mercado bursátil el próximo año. El índice S&P 500 escaló un 20% en 2017, su mayor alza desde 2013.
Los analistas prevén que las acciones de Estados Unidos sigan subiendo en 2018 porque creen que una enorme caída en la tasa tributaria a las empresas impulsará a la economía y a las ganancias corporativas, pero los estrategas afirman que los grandes retornos pueden durar poco o ser difíciles de obtener.
El mercado optimista marcará su noveno aniversario en marzo y el índice S&P 500 escaló un 20% en 2017, su mayor alza desde 2013. La caída de la tasa impositiva a las corporaciones en 2018 a 21% desde 35% es vista por muchos como el factor principal para el mercado bursátil el próximo año.
Sin embargo, se prevé que el avance de las acciones en 2018 sea menor que en 2017 y la proporción de precios/ganancias del S&P 500 -una medición de precios de acciones frente a ganancias esperadas- opera cerca de su nivel más alto desde junio de 2002. Muchos en Wall Street citan posibles problemas, pese a que no ven señales de una recesión.
Algunos creen que el beneficio por la reforma tributaria durará poco. David Kelly, estratega jefe global de J.P. Morgan Asset Management, describió el proyecto de ley como "más carbohidratos y menos proteínas" porque incrementará el gasto, pero no hace nada por apuntalar la productividad.
"Será una maravilla de un año. La gente debería disfrutar de la fiesta mientras dure, pero sólo asegúrense de saber dónde dejaron su abrigo", comentó Kelly.
Varios estrategas citan el riesgo de que el crecimiento económico más veloz pueda hacer que la inflación se acelere a un ritmo que pueda llevar a la Reserva Federal a elevar las tasas de interés más rápido que lo previsto.
Los pronósticos positivos de Wall Street parecen "bien respaldados por la tremenda serie de buenas noticias que ha entregado la economía", afirmó Jim Paulsen, estratega jefe de inversiones de Leuthold Group, en Mineápolis.
"El problema con tener buenas noticias es que en algún punto ya no puedes ser más sorprendido positivamente", agregó.
Paulsen no prevé una recesión. Pero cuando el índice de sorpresa económica -que compara datos económicos con el consenso de expectativas- está a niveles altos, el desempeño de las acciones tiende a ser más débil, según Paulsen.
El índice de sorpresa económica de Citi estaba en 77 el jueves, no lejos de su máximo de casi seis años de 84,5 que alcanzó el 22 de diciembre.
"Vamos a tener una corrección de entre un 10 a un 15% en algún momento en 2018. No me sorprendería que cayéramos en el año", sostuvo Paulsen.
Los inversores mantendrán una vigilancia estrecha en las elecciones estadounidenses de 2018 porque una pérdida del control del Senado o de la Cámara de Representantes por parte de los republicanos podría obstaculizar la agenda del partido.
El humor de los inversores en enero podría depender de si el Congreso estadounidense alcanza o no un acuerdo para elevar el techo de la deuda del país. También esperarán que el Congreso pueda alcanzar un pacto presupuestario para 2018 al 19 de enero. Y esas son sólo algunas de las preocupaciones con las que lidian.