Los temores de que Trump podría desatar un conflicto comercial han sacudido a Wall Street desde el 1 de marzo, cuando el presidente anunció planes para fijar aranceles sobre el acero y el aluminio importados, arriesgando represalias de socios comerciales mayores como China, Europa y la vecina Canadá.
San Francisco. Para los gerentes de fondos de Wall Street que viven de sus apuestas, la agresiva postura del presidente estadounidense Donald Trump contra China en el comercio parece una tensa mano de póker, pero creen que la podrán jugar.
Los temores de que Trump podría desatar un conflicto comercial han sacudido a Wall Street desde el 1 de marzo, cuando el presidente anunció planes para fijar aranceles sobre el acero y el aluminio importados, arriesgando represalias de socios comerciales mayores como China, Europa y la vecina Canadá.
Ha sido una montaña rusa, con un desplome de los mercados luego de que el viernes pasado Trump actuó para establecer hasta US$60.000 millones en aranceles sobre algunas importaciones chinas y Pekín declaró planes para responder con su propia aplicación de derechos por hasta US$3.000 millones de importaciones de Estados Unidos, pese a que al mismo tiempo instaba a Washington a "retroceder desde el borde".
La disposición china a negociar alentó un repunte el lunes, aunque los temores en el sector tecnológico hicieron caer a los mercados el martes.
Los inversores siguen preocupados sobre una guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo, pero algunos operadores grandes son optimistas sobre su perspectiva para hacer dinero incluso cuando aún intentan comprender la estrategia de Trump en el comercio.
El exempresario famoso tuiteó el 2 de marzo que "las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar", sorprendiendo a los economistas que citan evidencia de que las guerras comerciales en el pasado han sido destructivas para las economías involucradas.
"Otros gobiernos han acudido a socios comerciales como China y pidieron un acuerdo más justo, solo para que les apagaran un cigarro en la frente", dijo Steve Chiavarone, un gerente de cartera de Federated Investors. "Sospecho que la rebelión de Trump contra las normas es absolutamente parte de su táctica de negociación".
Chiavarone y otros dijeron que seguían confiados en que el índice S&P 500 subirá significativamente este año.
"Hasta ahora, estamos hablando de aranceles de pequeño monto en ciertos sectores de nicho", dijo Phil Blancato, jefe de Ladenburg Thalmann Asset Management en Nueva York. "Para cualquiera que esté esperando una oportunidad para entrar al mercado con mejores valoraciones, este es el momento".
El arte de la negociación. "Él ha mostrado que actúa agresivamente, rápido y en forma unilateral, y eso puso a China en la mesa de negociación", dijo Ben Phillips, presidente de inversiones de los fondos cotizados en bolsa de EventShares. "Realmente creo que están preocupados de que él tome medidas unilaterales y lastime a la economía china".
Los temores a una guerra comercial, que podría afectar a las multinacionales estadounidenses y empañar los beneficios de los profundos recortes de impuestos corporativos que entraron en vigor este año, han contribuido a una caída de casi 4% en el S&P 500 desde fines de febrero.
La administración Trump ha exigido que China recorte inmediatamente su superávit comercial de 375.000 millones de dólares con Estados Unidos en 100.000 millones, una posición vista por algunos como una táctica inicial en una larga negociación.
China podría responder a las medidas estadounidenses con una serie de aranceles destinados a multinacionales de Estados Unidos, o incluso a los agricultores en zonas rurales que ayudaron a Trump a ganar las elecciones presidenciales de 2016.
La postura belicosa de Trump con los socios comerciales de Estados Unidos refleja un estilo negociador explicado en su libro de 1987, "Trump: The Art of the Deal", ("El Arte de la Negociación"), dijo Oliver Pursche, presidente de estrategia de mercado de Bruderman Asset Management en Nueva York.
"Uno propone algo horrible y luego, cuando uno retrocede, lo que desea no es tan doloroso como se temía", dijo Pursche. "El problema es que la otra parte no es tonta. Eventualmente, se van a dar cuenta".