El gobierno de la presidenta Michelle Bachelet busca que este elemento químico metálico, de amplio uso en baterías, mantenga su carácter estratégico estatal y no sea como ahora, sólo objeto de concesiones a empresas privadas.
El litio, elemento químico metálico de amplio uso en baterías, del cual Chile tiene grandes reservas, mantendrá su carácter estratégico estatal y no será como ahora sólo objeto de concesiones a empresas privadas.
Esta es una de las propuestas de la comisión creada por el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet para establecer una política pública, con el fin de explotar los grandes yacimientos del litio en el norte del país y cuyas conclusiones serán presentadas a mediados de enero próximo.
La comisión, liderada por la ministra de Minería, Aurora Williams, está integrada por expertos de diferentes áreas, trabajadores y representantes de las comunidades de las regiones de Atacama y Antofagasta, en el norte de Chile, donde están las mayores reservas nacionales del litio.
Otra de las iniciativas será la creación de la estatal Corporación Nacional de Salares; mantener el carácter no concesible del mineral; y la revisión de contratos vigentes con las dos empresas privadas que explotan ahora el litio.
La estrategia que persigue el gobierno es lograr una producción diversificada para una eficiente y efectiva explotación de este mineral, que permita una rentabilidad óptima para el país, similar a la que ha logrado Codelco, la empresa estatal y principal productora mundial de cobre.
Bachelet hizo un llamado para aprovechar la oportunidad que brinda la demanda de litio en el mundo, al sugerir "asumir con inteligencia y previsión las perspectivas de crecimiento de este mercado, articularlo con nuestra estrategia minera y nuestro modelo de desarrollo".
El litio se perfila como la energía del futuro por su uso en los reactores de fusión nuclear, las baterías de alta capacidad para vehículos de propulsión eléctrica, así como fuente energética para celulares y otros equipos electrónicos.
Según un estudio de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), la demanda actual de litio es de unas 95.000 toneladas al año, mientras que en 2018 puede alcanzar las 158.000 toneladas.
Otras previsiones indican que en 2020, la demanda puede ubicarse entre 250.000 y 300.000 toneladas.
La nueva Política Pública del Litio incluye el perfeccionamiento del sistema de concesiones mineras para fomentar la exploración, explotación y no limita la entrada de nuevos actores, aunque privilegiará a la nueva empresa estatal.
Además se complementa con la entrega de más valor al mineral, una mayor eficiencia en su explotación, desarrollo de investigaciones, innovación y sustentabilidad.
En 1979, durante el régimen militar en Chile, se declaró al litio como "recurso estratégico" por su potencialidad en el uso nuclear.
El Estado conservó los derechos exclusivos para su explotación, con la excepción de las dos empresas mineras existentes en esa época, las cuales continúan su explotación.
Se trata de las empresas Sociedad Química y Minera de Chile (SQM) y la Sociedad Chilena del Litio (SCL), las cuales en 2008 representaban el 58 por ciento de la producción mundial de carbonato de litio.
Cochilco estima que en la actualidad sólo SQM posee el 37 por ciento del mercado mundial.
Las últimas investigaciones plantean que Chile posee las mayores reservas de litio en salmueras (salares), con unas siete millones de toneladas que represen el 39 por ciento de este tipo de litio y el 23 por ciento de todas las reservas mundiales.
En la actualidad 12 países producen litio, pero sólo destacan cuatro.
Chile lidera el mercado con 44 por ciento de la producción (mediante salmueras) y le siguen Australia, con una participación de 25 por ciento de la producción mundial mediante espodumeno, China y Argentina, que alcanzan una participación de 13 y 12 por ciento, respectivamente, mediante salmueras.
También Bolivia tiene grandes reservas.
Durante el gobierno del ex presidente Sebastián Piñera (2010-2014) se convocó a una licitación internacional para explotar el litio chileno, son embargo el proceso de concesión que ganó la empresa chilena SQM, la cual explota este recurso desde 1970, tuvo que suspenderse.
Ese fallo terminó con el cargo de subsecretario de Minería, Pablo Wagner, quien como presidente de la comisión encargada de evaluar y adjudicar las 100.000 toneladas de litio al mejor oferente, falló en detectar los litigios que tenía pendiente esa empresa.
Con la caída de la licitación, la aspiración del gobierno de avanzar en un proceso de reimpulso en la explotación del litio quedó suspendida y el país perdió credibilidad ante las empresas extranjeras del mundo.
A partir de entonces, partidos y legisladores que antes eran opositores y ahora forman la gobernante Nueva Mayoría, comenzaron una fuerte campaña para que el litio se convirtiera en un recurso estratégico explotado por el Estado.
Aún falta conocer los detalles de la Política Pública del Litio, pero todo apunta a que el Estado chileno tendrá la preponderancia en su explotación