Con el rápido repunte de la nación andina -el producto interno bruto subió 7% interanual en el tercer trimestre, mientras que la demanda interna creció 18,2%-, se espera que la economía se expanda 5,4% este año y 6% en 2011.
Santiago. La economía chilena dejó atrás la recesión del año pasado y los efectos del terremoto de febrero y está encaminada a crecer a un ritmo aún más rápido el próximo año, aunque la fuerte apreciación del peso frente al dólar perjudicará a los exportadores, dijeron este jueves analistas del sector.
Con el rápido repunte de la nación andina -el producto interno bruto subió un 7% interanual en el tercer trimestre, mientras que la demanda interna creció un 18,2%-, se espera que la economía se expanda un 5,4% este año y un 6% en 2011.
Para el año, la demanda doméstica ascendería un 16,3%, mientras que las inversiones, que también han impulsado el crecimiento del PIB, crecerían cerca de un 22%, dijo Alejandro Alarcón, gerente general de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras, durante un seminario.
Pese al terremoto y tsunami, que paralizaron temporalmente muchos de los sectores industriales de la nación y causaron daños estimados en US$30.000 millones, la producción industrial se ha recuperado.
La producción industrial cerrará el año con un alza acumulada de un 0,5% interanual, dijo Javier Vega, titular de estudios del grupo industrial Sofofa, y agregó que el próximo año debería crecer entre un 5% y un 6% y que se inclinará más hacia el límite superior de dicho rango.
Con el peso negociándose cerca de máximos de 30 meses desde octubre, los exportadores han visto a sus productos perder competitividad. Las exportaciones representan cerca de un tercio del PIB del país.
La debilidad internacional del dólar, a medida que la economía de Estados Unidos tambalea y la Reserva Federal persigue una agresiva flexibilización monetaria, así como también las diferencias de tasas de interés, en momentos en que Chile endurece su política monetaria y las tasas de interés estadounidenses permanecen en mínimos históricos, han impulsado la fortaleza del peso. Además, los sólidos precios del cobre han empujado al peso al alza, dado que Chile es el principal productor de cobre del mundo y el peso suele seguir las señales que emiten los precios internacionales del metal.
La fortaleza del peso ha afectado con particular fuerza a la industria agroexportadora, que incluye las frutas, el vino, la celulosa y la carne. La industria genera ingresos por cerca de US$12.000 millones por año.
Cerca de dos tercios de las inversiones planeadas en el sector agrícola de Chile han sido pospuestas este año por la fortaleza del dólar, dijo Francisco Gana, titular de estudios del grupo sectorial agrícola SNA.
El peso se negocia a CH$480,20 frente al dólar, lo que afecta fuertemente a los exportadores de manzana y uva, que totalizan US$1.500 millones anuales. Un 80% de la cosecha de la nación se vuelve no lucrativa si el peso escala sobre los CH$650 por dólar, y la totalidad de la cosecha pierde su rentabilidad sobre los CH$550 por dólar, dijo Gana.
Uno de los recientes éxitos importantes de Chile, un fuerte descenso desempleo, podría ponerse en riesgo, especialmente en las áreas rurales de la nación, si el sector agrícola sigue siendo afectado por la fortaleza de la moneda local, indican los exportadores.
Mientras que los exportadores han pedido una intervención en el mercado de divisas al tiempo que buscan un alivio cambiario, el gobierno y el banco central han expresado preocupación respecto a la fortaleza del peso, pero se rehúsan a sugerir que una intervención sea inminente.
De acuerdo a Antonio Walker, presidente de la asociación de exportadores de frutas, Fedefrutas, la situación es muy negativa para el sector y es necesario que el peso se cotice cerca de los CH$550 y CH$600 por dólar para recuperar la competitividad del sector. Señaló que parece que el banco central está paralizado y dijo que falta creatividad entre los economistas del país.