El titular de Hacienda de Sebastián Piñera fue alzado al primer lugar del ránking elaborado por América Economía. Pese a haber tenido que aumentar el gasto corriente, logró mejorar el resultado fiscal del país en casi tres puntos del PIB.
La recesión mundial y la crisis financiera de 2009 fueron factores comunes para la mayoría de las economías del planeta, exceptuando China, que pese a las dificultades supo mantener su nivel de crecimiento.
En este contexto, Europa y América Latina también vivieron su momento álgido, aunque la región sudamericana logró, y con creces, posicionarse y ser un referente -en 2010- a la hora de los análisis.
Pero ¿cual fue el factor determinante para que la región sobrepasara con creces las expectativas?.
Diversas tendencias mundiales que están fuera del control de estrategias políticas ayudaron a muchos países a afrontar el duro estrés de los dos últimos años.
Los factores claves, fueron los precios favorables de los commodities, una rápida respuesta internacional para proveer liquidez a los soberanos durante la escasez crediticia mundial, el bajo costo de financiamiento en todo el mundo, el mantenimiento de un sistema comercial abierto, la fuerte demanda asiática, y la recesión en Estados Unidos y en gran parte de Europa que no tuvo un impacto negativo sobre la economía mundial, y por ende sobre América Latina, como si ocurrió con recesiones anteriores.
Ahora bien, estas variables empíricas van de la mano de un buen manejo macro y micro económico de los países que conforman el continente. Es aquí donde los ministros de Finanzas tienen un rol preponderante en el desempeño de cada nación.
Desde esta perspectiva, en el ránking elaborado por América Economía, donde se le consultó a un panel de más de 30 economistas, el ministro de Hacienda de Chile, Felipe Larraín obtuvo el primer lugar entre los encuestados.
De la mano de este doctor en economía de Harvard, la nación andina ha vuelto a crecer. Pese a haber tenido que aumentar el gasto corriente para hacer frente al quinto mayor terremoto registrado hasta la fecha en el mundo, Larraín logró mejorar el resultado fiscal de Chile en casi tres puntos del PIB.
En parte, esto se explica por menores gastos en capital y un aumento de la recaudación de casi dos puntos del PIB gracias a un alza impositiva en el pacto de invariabilidad tributaria suscrito entre el Estado y las mineras .
Lo sigue en el ránking, el brasileño Guido Mantega uno de los ministros que más tiempo lleva en el cargo -asumió hace cuatro años, en el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva-, y continuará por otro período junto a Dilma Rousseff.
Mantega ocupó portadas en los principales medios económico-financieros al denunciar la existencia de una guerra cambiaria entre EE.UU y China.
En la tercera posición se ubica el titular de Hacienda y Crédito Público de México, Ernesto Cordero quien asumió el cargo a fines de 2009. La gestión de este contador del Instituto Tecnológico Autónomo de México (con maestría en Economía por la U. de Pennsylvania) ha superado las expectativas.
El PIB mexicano crecerá en el rango de 3,5%-4,7% durante este año y el siguiente. Aunque el resultado fiscal se deterioró levemente, Cordero aplicó una política de gasto responsable, logró mejorar la estructura de deuda, creó un mercado nacional profundo de bonos y prorrogó vencimientos.
El colombiano Juan Carlos Echeverry se ubica en el cuarto lugar. Aunque el titular de Hacienda y Crédito Público sólo lleva cerca de cinco meses en el cargo, su gestión ha sido bien evaluada. Tendrá a su favor las buenas cifras de crecimiento de Colombia, y en contra, una brecha no menor entre gastos y recaudación fiscal: en 2010 el resultado fiscal volvió a caer.
En Uruguay, Fernando Lorenzo quien se desempeña en la cartera de Economía y Finanzas, ha tenido la dura tarea de estar a la altura de la efectiva gestión de su predecesor, Álvaro García. Con un escenario de abundancia de divisas y razonable estabilidad, lo perjudica su baja efectividad legislativa, esperable en el complejo mapa de “sensibilidades” del oficialista Frente Amplio.
Estos son quienes ocupan el top five. Más abajo en la lista se ubican el ministro de Economía y finanzas de Panamá Alberto Vallarino, un ex banquero y una de las mayores fortunas del país, quien ha mostrado un liderazgo fuerte (respaldado por un presidente que acostumbra a descuidar las formas para cumplir con sus metas) con el que ha logrado continuar con las reformas tributarias del país, que han permitido reducir los impuestos personales e incrementar la recaudación en sectores que antes casi no hacían aportes al fisco, como la banca y la Zona Libre de Colón.
El ministro de Hacienda del Perú, Ismael Benavides, quien ostenta la séptima posición, no ha podido demostrar mucho en los pocos más de cuatro meses que lleva en el cargo. Mientras, en el lapso que le queda, este ingeniero agrónomo y MBA en Berkeley, deberá mantener el modelo y ser transparente con el presupuesto, uno de los más bajos de la región en relación al PIB.
Pese a que el país podría crecer hasta casi 8%, es el segundo peor catalogado en materia social.
Así, el dispar manejo de las economías de los países de la región, influenciados tanto por factores endógenos como exógenos, son puntos que al momento de análisis no pueden evitarse. En este sentido, Argentina tuvo un año movido por conflictos sectoriales y la muerte de Néstor Kirchner. En este contexto, el ministro Amado Boudou se anotó algunos triunfos, como el pago de la deuda externa y un alto nivel de crecimiento, opacado por una alta inflación. Aumentó también los ingresos y mejoró el saldo fiscal.
Sin embargo ocupa la posición número (14o), ya que su país sigue siendo una nación donde el crecimiento se basa en consumo y gasto fiscal, con muy poca inversión genuina a largo plazo.
En Centroamérica y el Caribe la situación es más dispar, puesto que presenta tasas de de crecimiento moderadas y elevados déficits de cuenta corriente (el de Nicaragua supera el 14%), los ministros de Hacienda del istmo están en carrera por incrementar las arcas fiscales y bajar gastos (tal como ocurría en Sudamérica durante los años 80).
El caso más dramático es el de Guatemala: pese a lograr lo primero, tuvo que aumentar el gasto corriente para enfrentar los estragos de la tormenta tropical Agatha. El ministro Rolando del Cid Pinillos (16o) asumió el cargo hace dos meses, rodeado de dudas sobre su gestión en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social.
Pero es el hondureño William Chong Wong (18o) quien ocupa el dudoso honor de ser el ministro de Finanzas peor evaluado de la región.
Así las cosas, Venezuela es un caso aparte. Con un gobierno que roza el presidencialismo extremo, en la figura de Hugo Chávez Frías, quien con su discurso pro socialista ha implantado medidas extremas como el gobernar por decreto durante los próximos 18 meses, y una economía que no creció en el ejercicio anterior, y que registró una inflación cercana al 28%, según los últimos datos oficiales del banco central venezolano.
Por eso a Jorge Giordani, ministro de Planificación y Finanzas se le viene una tarea compleja si quiere que el país salga de esa incómoda posición.