Han habido pocos detalles de la Casa Blanca sobre el alcance y el momento de los aranceles propuestos por Trump: de un 25% para las importaciones de acero y un 10% para las de aluminio, tras el sorpresivo anuncio de la semana pasada.
Washington. Los llamados de legisladores republicanos para que el presidente Donald Trump se retracte de un plan para subir los aranceles a las importaciones de acero y aluminio aumentaban el martes, por el temor a una guerra comercial y perjuicios para la economía.
Han habido pocos detalles de la Casa Blanca sobre el alcance y el momento de los aranceles propuestos por Trump: de un 25% para las importaciones de acero y un 10% para las de aluminio, tras el sorpresivo anuncio de la semana pasada.
Los mercados financieros se han recuperado porque las medidas podrían diluirse debido a un intenso esfuerzo de cabildeo de los principales legisladores republicanos, pese a que hasta ahora Trump se ha mantenido firme en público.
El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, dijo que a muchos de sus colegas les preocupa que los planes de Trump provoquen una guerra comercial y perjudiquen a la economía.
"Hay una gran preocupación entre los senadores republicanos de que esto podría hacer metástasis en una especie de guerra comercial mayor, y muchos de nuestros miembros están discutiendo con el gobierno cuán amplio, cuán radical puede ser esto", dijo McConnell a periodistas.
Paul Ryan, jefe de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, dijo que los planes arancelarios son demasiado amplios y exponen al país a posibles represalias, por lo que alentó a la Casa Blanca a enfocarse más.
"Claramente hay exceso de capacidad, dumping y traslado de acero y aluminio por parte de algunos países, particularmente China. Pero creo que el camino más inteligente es ser más quirúrgico y más específico", añadió.
Legisladores y asociaciones empresariales que se oponen a los aranceles han advertido que la propuestas causaría más daño a compañías y trabajadores estadounidenses de lo que ayudarían. Además, argumentan que la medida afectaría más a aliados, como Canadá, en lugar de tener un impacto directo en el dumping global de acero y aluminio de China.