Alemania, Francia e Italia abogan por un frente común europeo para impulsar un derecho de veto en el ámbito comunitario que permita evitar la adquisición de empresas de alta tecnología por parte de inversores chinos.
Las tres mayores economías de Europa solicitan a la Comisión Europea que desarrolle un reglamento que permita avanzar en esta dirección tras numerosas compras de compañías del bloque por empresarios del país asiático.
"El objetivo es que Alemania y otros países europeos tengan más posibilidades de comprobar adquisiciones concretas y, llegado el caso, puedan impedirlas", señala la posición común a la que ha tenido acceso dpa.
En concreto, la intención de Berlín, París y Roma es evitar la venta de determinadas empresas cuya adquisición por parte del gigante asiático considerarían "injusta" por tratarse, por ejemplo, de empresas que han sido financiadas con ayudas estatales o que incluyen tecnologías que son específicamente importantes para Alemania.
En este sentido, desde Berlín se señala que en los últimos tiempos se han sucedido las adquisiciones de empresas europeas punteras y de compañías de gran desarrollo tecnológico. En este sentido recuerdan la adquisición de la firma alemana de robótica Kuka por parte del grupo chino Midea.
En Alemania, el gobierno tiene potestad para vetar inversiones extranjeras cuando estas afectan a ámbitos estratégicos tales como el militar o de seguridad.
Importaciones chinas desleales. Por otra parte, la Comisión Europea (CE) propone la prolongación por otros 18 meses y eliminación gradual de los aranceles que impone desde 2013 a las importaciones desleales de paneles solares chinos, para tener en cuenta las preocupaciones de industrias europeas que dependen de esos materiales.
"No hay duda de que tenemos derecho a proteger a nuestra industria de la competencia desleal (...) Al mismo tiempo, tenemos que tener en consideración a otras empresas que dependen de esas importaciones para desarrollar sus productos finales y que dan empleo a miles de personas en toda Europa", indicó el vicepresidente primero de la CE, Frans Timmermans.
El político holandés recordó asimismo que "tampoco hay duda de que la energía solar es esencial para nuestras metas medioambientales y climáticas".