Brasil sorprendió este mes a México al exigir la revisión de un acuerdo para el libre comercio de automóviles que disparó en más del 700% su déficit comercial con ese país hasta US$1.170 millones en el 2011.
Sao Paulo. Brasil y México discutirán esta semana el futuro de un acuerdo automotor que tiene en la cuerda floja negocios por unos US$4.300 millones anuales, casi la mitad del comercio entre las dos mayores economías de América Latina.
Brasil sorprendió este mes a México al exigir la revisión de un acuerdo para el libre comercio de automóviles que disparó en más del 700% su déficit comercial con ese país hasta Us$1.170 millones en el 2011.
Las negociaciones programadas para el martes y miércoles en Brasilia entre el secretario de Economía mexicano Bruno Ferrari y el ministro de Comercio Exterior brasileño Fernando Pimentel podrían tener un profundo impacto para el comercio bilateral.
"La expectativa es que la reunión sea positiva y permita encontrar un resultado favorable para las dos partes", dijo a Reuters una fuente de la cancillería brasileña.
"Pero esto es un proceso y no se puede resolver en una sola reunión. Es una situación no sólo coyuntural sino estructural en el comercio entre los dos países", añadió.
La demanda de revisar el tratado con México demuestra hasta qué punto Brasil está dispuesto a sacrificar acuerdos regionales para proteger a su industria, que ha perdido competitividad por culpa de la apreciación del real.
Brasil, uno de los mercados de automóviles más voraces del planeta, sostiene que el acuerdo con México es incongruente con su nueva política de protección industrial y debe ser revisado rápidamente.
Brasil pretende equilibrar el comercio incluyendo vehículos pesados en el acuerdo y exigiendo mayor contenido local en los autos importados de México, pues sospecha que un alto porcentaje de las piezas son de terceros países.
México ha sido hasta ahora muy prudente.
"Cualquier posible modificación al ACE 55 (el acuerdo de complementación económica) tendrá que ser mutuamente satisfactoria, con el objetivo de incrementar el comercio bilateral", dijo la Secretaria de Economía tras una primera ronda de reuniones técnicas a comienzos de febrero.
La prensa mexicana describió las reuniones de esta semana como contactos "informales". Pero la cancillería brasileña dice que la presencia de Ferrari sugiere que México estará dispuesto a negociar.
Es posible que en las reuniones en Brasilia participe además la secretaria de Exteriores mexicana Patricia Espinosa.
Algunos analistas dicen que revisar el acuerdo automotriz no solucionará el problema de fondo: la pérdida de competitividad de la industria brasileña.
"Brasil enfrenta un problema importante por la apreciación del real y eso afecta al sector industrial", dijo Sergio Gómez Lora, director de la consultora IQOM Inteligencia Comercial en Ciudad de México. "No es un problema del sector automotor ni exclusivamente con México".
"Me sorprendería que hubieran cambios en el acuerdo, porque eso no va a cambiar la situación en Brasil", añadió.
¿Y el TLC?
Los roces sobre el acuerdo automotor dejaron en el limbo las negociaciones sobre un tratado de libre comercio entre Brasil y México, una idea acariciada por ambos países.
Los negocios entre Brasil y México se han triplicado en la última década hasta US$9.000 millones en el 2011, pero aún representan menos de un 2% del comercio exterior de ambos países.
México está interesado en un tratado con Brasil para reducir su exposición a la economía de Estados Unidos, el mercado del 80 por ciento de sus exportaciones.
Pero el acuerdo de libre comercio con Brasil chocó con la oposición de la industria mexicana, que teme ser sepultada por una avalancha de importaciones brasileñas. Y la disputa de los automóviles reforzó sus sospechas.
José Botafogo, un ex ministro de Comercio Exterior brasileño y negociador de disputas con los socios de la unión aduanera Mercosur, dice que Brasil y México no están maduros para un paso más serio.
"Todo esto complica las negociaciones de un tratado de libre comercio. Ninguno de los dos países parece dispuesto a correr el riesgo de ver los beneficios de un comercio libre, ambos son proteccionistas, ambos tienen miedo uno del otro", dijo.
Otros sostienen que un acuerdo de libre comercio ofrecería un marco más claro para solucionar este tipo de disputas.
"La fricción sobre el ACE 55 es el mejor argumento para negociar un tratado de libre comercio amplio que garantice la certidumbre de acceso" a los mercados, dijo Luis de la Calle, negociador del tratado de libre comercio de México con Estados Unidos y Canadá.
"La comunidad internacional ahora verá la seriedad de Brasil en términos de su proceso de modernización y apego a las disciplinas comprometidas", añadió el analista.