Un millón de personas exigió un nuevo referéndum sobre el “brexit”, en plena incertidumbre sobre si la primera ministra Theresa May presentará de nuevo su acuerdo con Bruselas a los diputados.
Londres.- "Revoquemos el artículo 50" del Tratado de Lisboa, que rige la salida de un país de la UE, "!UE, te amo", se leía en las pancartas de los manifestantes. Al comenzar la tarde, la muchedumbre compacta, masiva y entusiasta desfilaba por el centro de capital británica, no lejos de las oficinas de Theresa May en el número 10 de Downing Street, cantando tonadas anti-Brexit y esgrimiendo banderas europeas, a veces en forma de corazón.
La organización "People's Vote", que milita por un nuevo referéndum, calculó en alrededor de un millón el número de manifestantes. Scotland Yard no suministra ninguna cifra de su lado. Une manifestación similar en octubre reunió a unas 700.000 personas en la capital británica.
Los líderes de los 27 países de la Unión Europea decidieron este jueves por la noche otorgarle a Reino Unido dos opciones para aplazar el Brexit después de la fecha inicial prevista el 29 de marzo, y fijaron el 12 de abril como la nueva fecha fatídica, casi tres años después del referéndum en el que los británicos decidieron salir de la UE.
Gran Bretaña mantiene ocupada a la UE desde hace 17 meses. Esta decisión "subraya la importancia de que la Cámara de los Comunes apruebe el Acuerdo de Retirada la semana próxima", declaró Theresa May luego de largas horas de negociación con los 27. Pero puede ser que esta votación no se realice "si surge que no hay suficientemente apoyo para representarlo", indicó la dirigente conservadora en una carta dirigida a los diputados y publicada el viernes en la noche por los medios británicos.
Concluido después de 17 meses de difíciles negociaciones con Bruselas y destinado a poner en marcha un Brexit moderado, el acuerdo está lejos de haber convencido a los diputados británicos, que ya lo han rechazado por mayoría en dos oportunidades, el 15 de enero y luego el 12 de marzo.
Una tercera derrota humillante ante el Parlamento comprometería claramente la sobrevivencia de Theresa May en el cargo.