Las exportaciones locales pueden aprovechar la bonanza de los países de la región central del continente. Expertos recomiendan acelerar los TLC que hay en la zona.
Mientras gran parte de las naciones del mundo sufrían los estragos de la crisis de los precios del petróleo, Centroamérica vivía un auge. Así es: mientras Colombia y los demás países de Suramérica experimentaban un fuerte proceso de desaceleración y devaluación, países como Panamá y Nicaragua reportaban incrementos del PIB por encima del 5%. Por esto, en los últimos tres años la región central ha atraído la atención internacional, tanto en términos comerciales como de flujos de inversión.
Al ser importadoras de petróleo, la caída de los precios del crudo de US$100 a US$50 entre 2014 y 2015 representó una importante reducción de los costos para las naciones centroamericanas, situación que aumentó la competitividad e impulsó el crecimiento económico. De esta manera la región central ha tenido un crecimiento promedio de más del 4% en los últimos tres años.
Asimismo, los flujos de capital en Centroamérica vs. Suramérica tuvieron un quiebre a finales de 2013, cuando el indicador de inversión de las dos zonas se encontraba prácticamente en el mismo punto (6%). Mientras la región central duplicó su indicador de inversión en tan sólo dos años (a más de 10%), el sur bajó a terrenos negativos (-5%).
En resumen, los indicadores muestran que en los últimos tres años Latinoamérica ha tenido dos realidades económicas contrastantes: un auge en el centro y un declive en el sur. Sin embargo, para países como Colombia, que está tan cerca de los mercados centroamericanos, podrían existir varias ventajas.
Para empezar, Centroamérica fue el destino comercial con el que Colombia reemplazó a Venezuela cuando su situación empeoró. El redireccionamiento de las exportaciones “fue posible porque el patrón de consumo, gustos y costumbres comerciales son similares. No hubo que hacer mayor adaptación de producto”, explicó Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior.
De acuerdo con cifras del Ministerio del Comercio, entre 2010 y 2016 las exportaciones de bienes no minero-energéticos que Colombia hizo a países de Centroamérica (Costa Rica, Panamá, Honduras, Guatemala y El Salvador) pasaron de US$13.759 millones a US$14.161,5 millones, lo cual representa un aumento del 2,92%.
Entre los principales productos de exportación a estos mercados hay medicamentos, refrigeradores, insecticidas, raticidas, aceite de palma, polipropileno, perfumes, preparaciones de belleza, neumáticos, chocolates, preparaciones de cacao y vehículos, entre otros.
Díaz agregó que “aunque algunas naciones centroamericanas por sí solas no representen una población significativa a nivel comercial, si se las mira como un todo son un gran mercado. Además, por su cercanía se puede considerar que es un destino natural para las exportaciones colombianas. Y es una gran ventaja que tengan tan buenas cifras de crecimiento económico. Por esto, es necesario acelerar y mejorar los acuerdos y tratados existentes con esta región”.
De hecho, en un mes se cumple un año de la entrada en vigencia del tratado de libre comercio entre Colombia y Costa Rica. El acuerdo desgrava el 81 % de los productos agrícolas, para el 60 % de los cuales se hará de manera inmediata. Respecto a la industria, el pacto contempla que autopartes, artículos de hogar, fármacos, cosméticos y vehículos no paguen impuestos al ingresar. Sin embargo, hay 25 % de bienes industriales cuyo arancel se desmontará dentro de varios años.
La ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Claudia Lacouture, indicó que “en el marco del acuerdo con el Triángulo Norte (El Salvador, Honduras y Guatemala), Colombia adelantó una profundización que permite a la industria colombiana abrir un mercado potencial de US$834 millones. Esta cifra es lo que actualmente importa El Salvador mayoritariamente desde otros socios comerciales, especialmente para 72 productos de los sectores cosmético, automotor, metalmecánica, manufacturas de caucho y autopartes. Son artículos que dejaron de pagar un arancel promedio del 13 % a cero, o están bajo programas de desgravación entre 3 y 10 años”.
No obstante, para José Manuel Restrepo, economista y rector de la Universidad del Rosario, “Colombia no sólo debe ver a Centroamérica como una oportunidad para fortalecer su comercio exterior, sino a todas las naciones que están viviendo un auge económico. Bajo esta óptica, también se deberían adelantar esfuerzos para impulsar las relaciones comerciales con África, por ejemplo”.
De esta manera, tal parece que la bonanza que ha tenido Centroamérica en los últimos tres años puede ser compartida por las naciones suramericanas que han padecido de la crisis del petróleo, entre ellas Colombia. Sólo es cuestión de fortalecer las relaciones comerciales.